¿Cuántas veces te ha pasado que sientes no haberte podido expresar como querías por vergüenza, por miedo a hablar en público o porque te sientes cohibido delante de personas que no conoces? Llamamos pánico escénico a la situación de ansiedad a la que se enfrenta una persona al realizar una actividad en público, ya sea hablar, actuar, cantar, entre otras actividades.


Se trata de un problema a la hora de socializar que puede suponer, no solo un impedimento personal sino también profesional, a la hora de buscar trabajo y realizar entrevistas, de exponer delante de un público los resultados de un proyecto, de participar en charlas y ponencias. Pero, como todo problema en esta vida tiene solución, te dejamos 5 básicos para que aprendas a controlar esos nervios en público:


La importancia de la respiración


Seguro que en alguna ocasión has escuchado que para relajarte es muy importante tener una respiración diafragmática. Pues es real. Al respirar mientras expones, hablas en público o tienes una charla que te provoca ansiedad, debes intentar respirar inflando la barriga y no el pecho. Es una manera muy sencilla de controlar la ansiedad.


Utiliza diferentes recursos


Uno de los miedos más comunes cuando hablamos en público, tanto para aquellos que sufren pánico escénico y para los que no, es quedarnos en blanco; no saber seguir y no acordarnos de lo que habíamos planeado hablar. Por ello, es fundamental que no te olvides tener recursos suficientes para apoyar tu discurso si es necesario, ya sea una presentación en un proyector o un papel donde mirar los puntos de un guion. Aunque no te haga falta, te hará sentir más seguro.


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Tres puntos donde mirar


Otra de las grandes preguntas al presentar un discurso ante un público es, a dónde debemos dirigir la mirada. Muchos expertos aseguran que la mejor opción es el viejo truco de los tres espectadores. Se trata de identificar tres personas en el público, uno a la derecha, otro a la izquierda y otro en el centro del auditorio, buscarlos y dirigirnos hacia ellos tres pero sin mirarles al rostro.


Grábate


Mucha gente con pánico escénico opta por grabarse y analizarse, posteriormente en casa, de manera detenida para identificar los errores de la puesta en escena y trabajar sobre ellos. Puede ser una manera de sentirte más seguro.


Muévete por el espacio


Estar quieto como un muñeco no te ayudará en absoluto a calmar tus nervios. De hecho, la mejor opción es que pasees por el escenario o el espacio que tengas para exponer y que, si lo necesitas, tengas un bolígrafo o similar en las manos para calmar la ansiedad.


Actualidad Laboral / Con información de Forbes España