Educar a los hijos no es tarea sencilla, y enseñarles a ser futuros ciudadanos y trabajadores parece una misión cuanto menos ambiciosa; pero este es, al fin y al cabo, el verdadero objetivo de todo proceso pedagógico. No debemos confundir educar a un hijo con intentar que sea lo que nosotros queremos. Cada niño se forma su propia personalidad, y puede tener vocaciones que nada tengan que ver con las de su familia. Pero, hay una serie de enseñanzas básicas que se pueden transmitir desde la más tierna infancia y que tienen una gran influencia, en concreto, a la hora de preparar a los niños para lo que se les vendrá encima en la vida adulta.


Como apunta en Fast Company el experto en inteligencia emocional Harvey Deutschendorf, las enseñanzas que transmiten los padres, y su propio comportamiento, son una parte muy importante de lo que los niños harán con sus vidas al convertirse en adultos; y existen una serie de claves para inspirar y ayudar a los niños a desarrollar habilidades cruciales. Son estas:


1- Enséñales a aprender de los errores


No debemos enseñar a los niños a ser perfectos. Nadie lo es. Lo más importante es que reconozcan sus errores y aprendan de los mismos, para ir mejorando; y esto es algo que, más que enseñar, se debe predicar con el ejemplo. Si nuestros hijos no nos ven pidiendo perdón o reconociendo los errores, pensarán que no se debe fallar nunca o peor, que si se falla hay que ocultarlo. Mal asunto.


2- Dales responsabilidades y tareas en cuánto puedas


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La responsabilidad es una enseñanza clave en la vida, esencial para ejercer la ciudadanía y ser un buen trabajador en el futuro. Y no puede enseñarse si no hacemos responsables a nuestros hijos desde muy pequeños de determinadas tareas, por pequeñas que estas sean. Puede que las primeras labores de un niño sean hacer la cama, recoger el cuarto o poner la mesa, y desde muy pequeños pueden encargarse de ellas.


3- Juega con ellos (y logra que jueguen con todo tipo de gente)


Los niños pueden divertirse solos, pero teniendo en cuenta que cada vez hay menos hijos únicos y más pantallas, el juego en solitario no deja de crecer. Y no es bueno. Como explica Deutschendorf, una de las principales habilidades de liderazgo que se pueden transmitir a los niños, es la capacidad para trabajar con diferentes tipos de personas, aunque sean tus padres, tus primos o tus amigos.


Los deportes, la música, el teatro o los juegos de mesa son geniales canalizadores del trabajo en grupo. También los campamentos y, en general, las actividades de grupos juveniles, como los Scouts. “Aprender a interactuar y desarrollar habilidades personales en torno a tantos tipos de personas como sea posible, servirá bien a los niños; independientemente de lo que busquen en el mundo laboral”, asegura el experto.


4- Apoya a tus hijos, pero no los sobreprotejas


Si bien los niños necesitan estímulos y alabanzas, es crucial que sean merecidas. Existe una tendencia a apoyar a los niños, aunque hagan las cosas mal, y esto no es bueno. “Los elogios sin ninguna sustancia, con el único propósito de construir la autoestima de un niño, tendrán consecuencias negativas más adelante”, asegura Deutschendorf. “Esperar el mismo tipo de elogio cuando salgan al mundo provocará un duro despertar cuando no los reciban”.


5- Ayúdales a que desarrollen su inteligencia emocional


La inteligencia emocional es un concepto de reciente creación, pero que hoy sabemos tiene una importancia fundamental en el desarrollo de las personas, en la vida en general y también, en el mundo laboral. Como apunta Deutschendorf, ayudar a los niños a identificar, expresar y manejar sus emociones es crucial para que se conviertan en adultos sanos y funcionales. Debemos enseñar a los niños a explicar por qué sienten rabia, miedo o ilusión, para que aprendan desde pequeños a hablar sobre sus sentimientos.


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6- Enséñales a lidiar con frustraciones y cambios de planes


La mejor forma de hacer llorar a un niño es decirle que no puede hacer algo, que pensaba hacer. La tolerancia a la frustración es una habilidad que desarrollamos con el tiempo, y cuánto antes se aprenda, mejor. Esto no quiere decir que debamos señalar a los niños sus fracasos, pues corremos el riesgo de que dejen de arriesgarse a fallar (algo que tampoco es bueno). Lo importante es que les enseñemos a aprender de sus errores, felicitándoles cuando consigan hacer cosas que antes no les salían.


7- Transmíteles el amor por la lectura


Este es un consejo muy específico, pero muy importante; pues, es muy difícil desarrollar un hábito para leer si no se ha tenido afición a la lectura siendo joven. Sin leer es difícil escribir bien, comprender los textos e, incluso, tener una buena capacidad de conversación, habilidades todas ellas esenciales en el entorno laboral.


Actualidad Laboral / Con datos de La Información