15-09-2014
Ingeniero Electricista, graduado en la Universidad Metropolitana hace 33 años, hoy preside Meditrón, la empresa que fundó su padre en 1972. Es una compañía que se encarga de la importación, instalación y reparación de equipos médicos, pero que en sus inicios estaba dedicada sólo a ofrecer servicio técnico en esa área.

Se trata de Antonio Orlando “casi Ingeniero Biomédico”, así lo dice porque sólo le falta el título que lo acredite. Y es que una vez concluídos los estudios de pregrado, se dedicó a formarse en imagenología (rayos X, tomografía, medicina nuclear, hemodinamia y ultrasonido) y diseño de áreas quirúrgicas, de centrales de suministro e infección cruzada (estudios para evitar la contaminación de los equipos y materiales esterilizados). También se especializó en diseño eléctrico de hospitales y protección radiológica, así como en cálculo de barreras de blindaje. Además de la actualización constante.

Ese interés por el estudio, se puede decir, lo heredó de su papá, quien llegó a Venezuela en el año 54, sólo con bachillerato aprobado, pero se esmeró por aprender en el área donde comenzó a trabajar. Era una empresa de servicio técnico a equipos médicos, en la que estuvo durante 17 años, hasta que decidió independizarse. Ahí nació Meditrón.

Grupo Meditrón

Está conformado por Meditrón y por Imágenes de Diagnóstico Avanzado (Idaca), ambas bajo su mando. En la actualidad genera 558 empleos directos y casi 1.200 indirectos. Según dice Orlando, hoy atraviesa una “crisis” por la emigración de sus profesionales (Ingenieros y Técnicos) que mínimo tienen 5 años de capacitación en la empresa. “Y para nosotros ese es un problema, porque el capital de la empresa es el capital humano, es la formación que tenemos nosotros en todo este personal”.

Al revisar el camino recorrido, este empresario tiene el orgullo de haber superado varias metas, entre ellas, cambiar la relación de clientes del sector público y privado. Cuando asumió el control, en 1990, 90% de la atención estaba dirigida al Estado, 5 años más tarde logró equilibrarlo 50-50 “porque estaba viendo mucho riesgo depender del Estado”. En la actualidad está reducido a 5%, el resto son centros de salud privados.

“En un país donde la política era un problema, si eras copeyano o adeco, en aquella época, podía influir (…) pero era que no te daban los contratos o te quitaban el contrato de mantenimiento, eran cosas de esas que ahorita me dan risa, pero en aquella época había que pensarlo”, explica.

También contabiliza como logros, superar los diferentes controles de cambio adoptados en nuestro país, desde 1983 con el Régimen de Cambios Diferenciales (RECADI); en 1994, con la Oficina Técnica de Administración Cambiaria (OTAC) y los más recientes Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), que comenzó en 2003 y su transformación en Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex).

“Me tocó el viernes negro del año 83, que estuve entre afuera y aquí, tuve que encargarme de implementar en la empresa el departamento de importaciones, porque mi papá no entendía muy bien todo el rollo (…) y ahora estoy con esta de Cadivi, Cencoex y afines, que es la más larga”, comenta.

Esta compañía 100% venezolana se está abriendo camino más allá de nuestras fronteras, sin abandonar el país. Meditrón tiene en la mira Panamá, República Dominicana y Estados Unidos; mientras que Idaca, se prepara para abrir sus puertas en Miami con un Centro de Imágenes.

Pero a lo largo de los años, ha hecho soporte técnico para instalaciones y reparaciones en Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Honduras y en las islas del caribe. “Cuando la época del golfo, Tormenta del Desierto, el par de venezolanos que estuvieron ahí atendiendo un container del ejército norteamericano, con unos equipos de medicina nuclear y tomografía, fuimos nosotros”.

Ahora, ante los inconvenientes para salir del país con la inmediatez que puedan solicitar los clientes y la propuesta de algunos proveedores internacionales, para servir desde México hasta Argentina, Orlando maneja la posibilidad de diseñar un programa para radicar a los empleados en Panamá, Republica Dominicana y Miami y “desde ahí atender los trabajos internacionales y a Venezuela, mientras se forma el personal de alto nivel aquí”. A eso se podría sumar el interés de sus profesionales de buscar su desarrollo personal, familiar y profesional, en otras naciones.

“El eje fundamental de la empresa es servicio y basado en esa política, nuestro lineamiento en el área de formación es un deber (…) aquí han entrado a trabajar como almacenista y (hoy) son ingenieros (…) tengo personal que se ha entrenado en Japón, Holanda, Alemania, Estados Unidos, Brasil”, comenta con orgullo.

En su paso, también logró unificar la empresa en una sede. En sus inicios la parte administrativa estaba ubicada en El Cementerio y los talleres en Los Rosales, luego se mudó a La Urbina a un edificio de 1.800 mts2, y en la actualidad se encuentra en otro edificio de 10 mil mts2, en la misma zona, que compró en 2009.

Y así como él siguió los pasos de su padre, espera que sus hijas también lo hagan. Es un grupo económico que mantiene la relación familiar, por lo menos 4 sobrinos ya se encuentran desarrollándose profesionalmente en Meditrón.

Antonio Orlando, además tiene más de 10 años, al frente de la Asociación Venezolana de Distribuidores de Equipos Médicos, Odontológicos, de Laboratorio y Afines (Avedem).

Actualidad Laboral / Adriana Salazar Salas