15-08-2018
Para el operativo político del presidente Donald Trump, ya es una práctica común ofrecer trabajos poco claros pero con grandes salarios a los asesores que han sido despedidos de la Casa Blanca.

La revelación de esta semana de que a la ex colaboradora de la Casa Blanca Omarosa Manigault Newman le ofrecieron un trabajo con un salario elevado en la campaña de reelección de Trump a cambio de firmar un acuerdo de confidencialidad, fue la manifestación más clara de cómo una vacante en la órbita de Trump se utiliza para cuidar a los elementos leales y para protegerse de posibles responsabilidades.

Manigault Newman, quien afirma en su nuevo libro que le ofrecieron un contrato en la campaña de Trump con un sueldo de 15.000 dólares al mes, está lejos de ser la primera exempleada en encontrar una lucrativa salida en las organizaciones políticas pro Trump. Otros exempleados han encontrado cupo en la órbita de Trump: su campaña de reelección, el Comité Nacional Republicano y grupos externos que apoyan tanto al presidente como al vicepresidente Mike Pence.

Keith Schiller, exguardaespaldas del presidente quien durante ocho meses fue director de operaciones de la Oficina Oval, ha recibido los mismos 15.000 dólares al mes del Comité Nacional Republicano como asesor de seguridad para su convención nacional, que se llevará a cabo en 2020 en Charlotte. John McEntee, el ex asistente personal de Trump, recibe 14.000 dólares al mes de la campaña de reelección de Trump.

exempleado1

El exdirector de campaña de Trump Corey Lewandowski se sumó al comité de acción política Great America, de Pence. Y el ex secretario de prensa Sean Spicer fue presentado en junio como “asesor sénior y portavoz” del comité de acción política promotor de Trump, America First Action.

Manigault Newman dijo a MSNBC el lunes que le “dijeron que podía trabajar desde casa. No tenía que venir si no quería... Podía elegir entre el CNR, America First o la campaña de Trump”. Dice que rechazó la oferta.

Ahora ha publicado un libro lleno de historias de la Casa Blanca -Trump dice que las suyas son falsas- y ha difundido grabaciones del presidente y otros en televisión. Es justo lo que él quería evitar, y su campaña presidencial presentó un recurso de arbitraje contra ella, argumentando que había violado el acuerdo de confidencialidad que firmó.

La estrategia “que se quede en familia” para cuidar a los incondicionales no es algo nuevo. Pero sí lo es la estrategia sistemática con la que se les ha ofrecido a los ex funcionarios de la Casa Blanca trabajos lujosos. Según los asistentes, refleja una realidad de que para algunos, los empleos en el lucrativo sector privado que suelen estar disponibles para funcionarios salientes de la Casa Blanca nunca se concretaron, mientras que para otros es una forma de mantenerlos cerca y callados.

Algunos empleados y exempleado han pasado apuros para encontrar empleo después de la Casa Blanca dados los sentimientos encontrados hacia el gobierno de Trump en Washington, lo que hace atractivo el sueldo de la campaña o de los comités políticos.

Actualidad Laboral / Ver completo en AP