Desde que un emprendedor realiza el boceto de su idea, esta se convierte en parte de él, se puede decir que no la suelta, incluso al materializarla. Después, cuando el negocio se encuentra estructurado, es natural que llegue el momento de dar el siguiente paso: concretar la transformación de fundador a líder. Sin embargo, despersonalizar el proyecto del creador es uno de los mayores retos en las pymes (pequeñas y medianas empresas), que normalmente, si no se lleva a cabo, resultará un desacierto estratégico; por lo tanto, hay que aprender a soltar para no fracasar.


Los grandes conflictos en las empresas parten de la falta de profesionalización y de la ausencia de organización institucional: las emociones se convierten en regentes de la vida al interior del negocio. Es por eso, que la formalización de la empresa debe provenir desde quien la encabeza. El primer movimiento, entonces, es impulsar la formación de órganos de gobierno corporativos en los cuales apoyar el manejo del negocio. La clave es institucionalizar. Se trata de la más importante maniobra para que la empresa trascienda a una persona y deje de ser un proyecto propio, a uno compartido por todos.


Prepararse para delegar


Puede sentirse como cuando un hijo comienza a ser autosuficiente: habrá un poco de aprehensión, dudas y nervios. Sin embargo, al igual que con un hijo, si se cuenta con un soporte, en este caso corporativo, es necesario planear cómo se distribuirán las responsabilidades y cómo se repartirá, de manera práctica, el peso de tareas específicas para que la empresa funcione.


Practica volverte prescindible


Dejar en otras manos nuestras responsabilidades es una cuestión de práctica, no de un truco de magia. Hay que ejercitar la paciencia, la flexibilidad y la tolerancia para aceptar que otro se hará cargo, de las que solían ser nuestras actividades. También implica transferir una parte de autoridad. El ego suele ser un impedimento en este camino, así que más vale cambiarlo por una visión humilde para entender que más personas, pueden desarrollar las mismas tareas con buenos resultados.



equipo


Encuentra talento y rodéate de él


Otro de los principales obstáculos en la delegación de responsabilidades es superar el miedo a pensar que, de no hacer las cosas personalmente, la tarea resultará un desastre. La mejor forma de contrarrestarlo es acercar a colaboradores capaces. Un buen líder le dará importancia, desde el inicio, a la formación de su equipo. “Un gran líder no es necesariamente quien hace grandes cosas. Es la persona que logra que otros las hagan”. Ronald Reagan.


Reconoce las ventajas


Un beneficio de despedirse de ciertas responsabilidades es que el líder tendrá más tiempo y oportunidad, de enfocarse en asuntos de mayor importancia. A su vez, en el equipo también habrá resultados positivos pues delegar, es un estímulo para las capacidades de los colaboradores, que impulsa el desarrollo de sus aptitudes profesionales.


¿Cómo  lograrlo? 


En la experiencia del consultor y Socio Director de Grant Thornton México en Guadalajara y Pto. Vallarta, Mario Rizo, él ha encontrado que este proceso necesita de cinco pasos. Por eso nos da una breve guía, de solo 6 pesos, que se concentra en la distribución de tareas; para que al final la delegación de actividades sea más sencilla, organizada y sea percibida de manera positiva:


1- Explica exactamente qué se debe atender.


2- Enseña cómo hacer la tarea.


4- Confirma que el colaborador entiende la asignación.


5- Expón el valor de la actividad, el porqué es importante.


6- Evalúa la realización de la responsabilidad delegada.


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Aprender a delegar es un proceso de confianza, tanto en la empresa como en quienes participan en ella. No se trata de que el fundador se distancie del proyecto, sino de que ejerza el liderazgo práctico para una organización estratégica en beneficio de todos. Y eso, a largo plazo, será uno de los aspectos que se convertirán en el legado del fundador que se transformó en líder: al dar herramientas para que sus colaboradores también crecieran y desarrollaran su potencial. “Cuando se le asigna una labor a la persona equivocada, se puede producir un caos, y tras él, problemas de motivación. Saber delegar significa comprender las tareas, y también las capacidades de los miembros de su equipo, con el fin de poner las responsabilidades correctas en manos de las personas que mejor las puedan desempeñar”; así lo expresa el pastor y escritor estadounidense Rick Warren.




Actualidad Laboral / Con información de Forbes México