Los narcisistas son generalmente egocéntricos, arrogantes, susceptibles y hostiles cuando se les reta. A menudo carecen de empatía y explotan a otros para su propio beneficio.


Cualquier persona con estos rasgos es exasperante. Pero tener un líder que sea narcisista puede tener consecuencias negativas duraderas.


Investigaciones recientemente publicadas de la Universidad de Stanford y la Universidad de California en Berkeley hallaron que los CEO obsesionados consigo mismos son más propensos a que su compañía sea nombrada como acusada en demandas. Y no están dispuestos a llegar a un acuerdo, incluso cuando sus posibilidades de ganar no son fuertes, lo que aumenta el tiempo y el costo de la demanda.


“Las personas que ocupan un alto lugar en la escala del narcisismo son menos sensibles al riesgo”, dijo Jennifer Chatman, profesora de Administración de la Berkeley Haas School of Business y una de las investigadoras del estudio.


También tienden a subestimar los comentarios negativos y confían demasiado en su juicio.


Chatman dijo que las demandas interpuestas durante la gestión de un CEO narcisista por lo general no son por temas que provocarían titulares noticiosos, sino por prácticas comerciales básicas, como irregularidades contables o infracción de patentes.


Esto puede deberse a que los CEO narcisistas tienen más probabilidades de torcer las reglas y crear culturas corporativas de “poca integridad” que a menudo superan se perpetúan tras su duración en el cargo, como han hallado estudios adicionales de Chatman y otros.


Y tienden a recompensar la lealtad por sobre la experiencia en el nombramiento de subalternos, asegurando que tienen menos probabilidades de obtener información veraz, dijo.


Entonces, ¿por qué son contratados los narcisistas en primer lugar?


A menudo tienen mucha confianza y pueden pintar una imagen muy atractiva del futuro, los cuales se consideran rasgos necesarios para impulsar a los equipos hacia el éxito.


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Investigaciones anteriores de la Universidad de Pennsylvania y de la Universidad de California en Berkeley sugieren que el campo de juego corporativo podría estar inclinado a favor de los narcisistas que buscan el poder. Tienen buenas entrevistas, y su exceso de confianza puede influir en los comités de reclutamiento.


“Tenemos problemas para distinguir entre el liderazgo y el narcisismo”, dijo Chatman.


Es por eso que aconseja a los comités que buscan un presidente ejecutivo que observen más allá de su historial de desempeño y de su carisma. Recomienda hablar con sus subalternos directos para obtener una mejor lectura de su comportamiento a través del tiempo, debido a que el lado más oscuro del narcisismo puede tardar un tiempo en emerger.


Los narcisistas pueden mostrarse hipersensibles cuando sus decisiones o autoridad son cuestionadas.


Y monopolizarán el foco de atención del éxito.


“Es probable que los narcisistas muestren un comportamiento interpersonal problemático, como reclamar más crédito por resultados positivos, mientras que no dan crédito a otros”, dijo Chatman.


No solo es exasperante para los miembros talentosos del equipo que merecen crédito, sino también desmoralizador.


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