Controlar la ansiedad al hablar en público no es sencillo, pero sí posible. Son muchas las personas que experimentan síntomas físicos y emocionales como náuseas, palmas sudorosas, sensación de pánico, problemas para respirar o trastornos en el sueño y el apetito de forma previa. Incluso algunas se asustan pensando que están padeciendo un ataque al corazón a causa de la ansiedad.

Para alcanzar tu máximo potencial debes superar el miedo a este desafío a través de diversas técnicas, que podrán ayudarte a hablar con más fluidez, exponer de forma clara y ordenada tus ideas, controlar mejor tu lenguaje corporal o reducir la sudoración, el temblor de manos o la voz quebrada durante tu próxima presentación.

Te contamos algunas claves que debes tener en cuenta para hablar mejor en público según el experto en comunicación Marcel Schwantes, teniendo en cuenta que este tipo de ansiedad aterroriza a un alto porcentaje de la población y que era un quebradero de cabeza al comienzo de la carrera de famosos como Warren Buffet.

Acepta que estar nervioso no es algo malo: En realidad, parte de la causa de estar nervioso significa que te importa dar una buena presentación. Aprovecha la adrenalina que produces y que te ayuda a pensar más rápido, a hablar con más fluidez, y a implementar el entusiasmo necesario para transmitir tu mensaje.

No intentes ser perfecto: El origen del miedo a hablar en público a menudo se debe a temer a la imperfección. Sin embargo, en lugar de aspirar a una perfección que no existe, tu esfuerzo debe estar orientado a ser tú mismo, algo que te ayudará a conectar con tu audiencia.

Conoce tu tema a fondo: Para conquistar el derecho de hablar sobre una temática en particular, debes estar sometido a constante formación, posicionándote como experto. Cuanto más sepas, tendrás más confianza en ti mismo y menos ansiedad te generará compartir tus conocimientos.

Involucra a tu audiencia: La participación e interacción del público es uno de los ingredientes para triunfar en una ponencia. Para ello, es aconsejable hacer preguntas a tu audiencia o invitarlos en una actividad para mantener su atención y concentración en tus palabras. La clave reside en transformar la presentación de monólogo al diálogo, reduciendo la ansiedad y comprometiendo a la audiencia.

Respira de forma abdominal: Respira utilizando los músculos de tu estómago para calmar el sistema nervioso. Para ello, respira profundo varias veces antes e incluso durante su presentación. Al inhalar piensa “Yo estoy”, y mientras exhalas, piensa “relajado”. ¡Verás cómo funciona!

Recurre a la técnica de la visualización para tener éxito: Cierra los ojos y visualízate a ti mismo llevando a cabo tu charla con confianza y entusiasmo. Imagina la habitación, las personas asistentes y el transcurso de la presentación. Así, permitirás que tu mente contribuya a convertir la imagen en realidad.

Practica en voz alta frente al espejo: La mejor manera de reducir su ansiedad es ensayar hasta que te sientas cómodo y afiances tus palabras, estructurando las partes de la conferencia. Puedes comenzar por practicar delante del espejo para mostrar a posteriori tu ensayo a un amigo o mentor que te brinde retroalimentación honesta y constructiva.

Evita la cafeína y el alcohol: Las bebidas con cafeína pueden aumentar tu ritmo cardíaco, provocarte temblores e incrementar la sudoración de tus manos, mientras que el alcohol puede hacerte perder el equilibrio y provocarte olvidos, así como problemas de agua. Es mejor que te hidrates previamente y que tengas a mano una botella de agua.

Apuesta por el contacto visual: Apuesta por llegar temprano cuando la habitación esté llena de sillas vacías y practicar simulando que estás mirando a los ojos de la gente. Cuando comience tu charla, en lugar de mirar a un punto en el vacío puedes elegir algunas caras amistosas en diferentes áreas de la sala. Las sonrisas y el contacto visual de otras personas te apaciguarán.

Actualidad Laboral / Con información de TicBeat