24-05-2018
Desde hace diez años no había unidad entre los sindicatos franceses en torno a un llamado a huelga, pero en la tercera protesta de funcionarios públicos durante el Gobierno de Macron, eso cambió. Los máximos dirigentes de las nueve centrales sindicales estuvieron al frente de las marchas en Francia.

Los sindicatos que representan a 5.7 millones de empleados públicos hicieron llamados a protestar por las reformas planteadas por el Gobierno francés. Entre las principales reformas controvertidas, el mandatario ha propuesto suprimir 120.000 puestos públicos hasta el año 2022.

Las protestas afectaron en diversas medidas los sectores de energía, salud, educación, transporte ferroviario y aéreo. Y en París, donde se sumaron grupos radicales, se dieron fuertes choques con la policía que dejaron cerca de 20 detenidos.

Philippe Martínez, líder sindical de la Confederación General del Trabajo, CGT, en entrevista con el medio Euronews dijo que las reformas no son “ni positivas ni necesarias”. Y agregó que son réplicas de las propuestas liberales que no han funcionado en el mundo. “En cuanto más avanzan estas reformas, más se benefician los que más tienen, mientras los que no tienen nada deben repartirse la miseria”, explicó.

En qué consisten las reformas de Macron

Macron ha reiterado la necesidad de recortar el tamaño del Estado francés y así lo prometió en su campaña electoral. La administración pública emplea 5.7 millones de personas, de las cuales casi un millón no tiene un contrato oficial como funcionario. Francia no ha equilibrado su presupuesto desde la década de 1970 y tiene una deuda pública equivalente a casi el 100 % del PIB.

En este contexto, el mandatario ha promovido recortes en el gasto social y ajustes para sanear las finanzas públicas.

Sin embargo, uno de los principales motivos del descontento popular es la intención del Gobierno de continuar con la congelación de sueldos entre los funcionarios públicos. El mandatario argumenta que es necesario por el estado de las finanzas del estado.

Estos recortes presupuestales han sido un duro golpe para algunos sectores. En el sector ferroviario, por ejemplo, el proyecto de reforma de la compañía nacional SNCF implica el fin del estatuto especial laboral.

Los trabajadores de esa compañía pública han hecho huelga dos días de cada cinco desde el 3 de abril. Esta pugna no ha cambiado la voluntad de Macron, que se ha comprometido a llevar a cabo la reforma ferroviaria contra viento y marea.

Los sindicatos acusan a Macron, un exbanquero, de querer destruir los servicios públicos, un pilar de la vida comunitaria francesa. Laurent Berger, líder del sindicado de la CFDT dijo que “la cohesión social está amenazada.”

Además, los críticos dicen que el recorte de presupuesto afectará gravemente la prestación de servicios. Y tanto médicos como docentes han hablado de precarización de las condiciones de trabajo.

Pascale Lestideau, enfermera de la ciudad de Brest, dijo a AFP que los recortes son “intolerables”. Y agregó: “todo eso nos obliga a renunciar a nuestros valores de cuidado y eso es muy, muy difícil para nosotros.”

En días anteriores, el presidente Macron defendió sus reformas como pasos necesarios para relanzar el modelo francés y dijo: “Hago lo que dije que haría (en campaña)”.

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