09-07-2020

Mientras el número de casos de coronavirus tocaba un récord diario en Estados Unidos, nuevos datos gubernamentales mostraron el jueves que 1,3 millones más de personas solicitaron beneficios por desempleo, poniendo de manifiesto el devastador impacto de la pandemia en la economía.


El miércoles se reportaron más de 60.000 infecciones nuevas por el COVID-19 en Estados Unidos y las muertes superaron las 900 por segunda jornada consecutiva, la cifra más alta desde principios de junio.


Florida anunció el jueves casi 9.000 nuevos casos y 120 decesos por el coronavirus, un alza diaria récord de muertes. Las tasas de tests positivos tocaron un nuevo máximo del 18%, frente al 12%-13% de dos semanas atrás. California y Texas, los estados más poblados, anunciaron aumentos récord de muertes por COVID el miércoles.


Las sombrías cifras estadounidenses se conocieron en medio de números de desempleo extraordinariamente altos, aunque fueron más bajos de lo previsto por los economistas.


Las solicitudes iniciales por desempleo tocaron un pico histórico de casi 6,9 millones a fines de marzo. Aunque han bajado gradualmente, siguen siendo más o menos el doble de su punto más alto durante la Gran Recesión de 2007-09.


Ante el aumento de casos del coronavirus en 41 de los 50 estados en las dos últimas semanas, según un análisis de Reuters, muchos han tenido que frenar sus planes para reabrir los negocios y levantar las restricciones. Desde California a Florida, playas y bares han recibido orden de cerrar. Los restaurantes en Texas deberán servir menos comidas.


Más temprano en la semana, el presidente Donald Trump criticó las recomendaciones de su agencia de salud para la reapertura de colegios en el otoño boreal por ser demasiado caras y poco prácticas, insistiendo en que todos deben volver a las clases. El vicepresidente Mike Pence dijo el miércoles que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades publicarán un “nuevo set de herramientas” la próxima semana.


Por su parte, las autoridades de Nueva Jersey y Nueva York, los estados más afectados al principio del brote en Estados Unidos, están intentando preservar los progresos que lograron en el freno a la propagación del virus mientras resurgía en otras partes, sobre todo en el sur y el oeste.


Actualidad Laboral / Con información de Reuters