¿Qué te hará realmente feliz si decides cambiar de empresa o de trabajo? Si lo dejas todo al sueldo o a un aumento, quizá no tardes demasiado en frustrarte. Lo de que el dinero no da la felicidad es un dicho muy extendido, que no todos se creen... O así era hasta hace bien poco, sobre todo en el terreno profesional. Cada vez más se acepta el hecho de que una satisfacción laboral basada en el sueldo, no dura para siempre. Si la retribución es lo que te mueve básicamente a cambiar de trabajo o de empresa, conviene recordar que el elemento económico, aunque sigue siendo determinante para motivar, pronto se interioriza o se olvida.


Si es cierto entonces que el sueldo o un aumento no te darán la felicidad laboral plena, habrá que buscar otras motivaciones. Una de ellas podría ser la promoción profesional, aunque en este aspecto los expertos mantienen teorías similares a las del dinero, en lo que se refiere a la satisfacción en el trabajo. De la misma manera que ocurre en el caso de un aumento de sueldo, escalar posiciones no tiene por qué implicar que tu actividad sea relevante y satisfactoria. Puede que consigas una promoción, pero es posible que te des cuenta al poco tiempo de que eso, no es lo que deseabas realmente... y que no te proporciona ningún tipo de motivación a largo plazo.


- Para encontrar la verdadera motivación y lo que da sentido a un cambio de trabajo, de empresa o de actividad, hay que llegar hasta las recompensas intrínsecas, que son las que nos damos a nosotros mismos; del tipo "siento que estoy aprendiendo"; "formo parte de un grupo exclusivo"; "soy útil en la organización, y me siento reconocido".


- Desde esta perspectiva, lo que realmente motiva son las nuevas oportunidades de trabajo, y el hecho de poder participar en proyectos innovadores. Esta es una buena fórmula para que una organización recompense a sus empleados y consiga que estos se sientan diferentes, sobre la base de otorgarles nuevas responsabilidades, enriqueciendo su actividad cotidiana.


- Si cambias de trabajo por tu jefe (es lo que suele hacer la mayoría), cerciórate de que el nuevo confía en ti y lo demuestra. Tienes que estar seguro de que este nuevo jefe te ponga retos, y ayude a desarrollarte profesionalmente. Decídete por un verdadero líder, preocupado no solo de su desempeño, sino también de motivarte; que influya pero no mande; que sea generador de espacios emocionales en los que tú puedes liberar tu talento.


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- Y, por supuesto, está el tiempo y la gestión de este; verdadera moneda de cambio actual de la motivación que, cada vez cotiza más. Quizá la mejor recompensa sea una nueva forma de trabajar, que implica hacerlo durante menos horas pensando en la eficacia, y que es más propia de la mentalidad start up que de las empresas tradicionales. La recompensa del tiempo solo puede darse en un entorno laboral cada vez más flexible, que huye del presentismo y de la idea de que hace falta estar en la oficina. Sin olvidar la exigencia de una dedicación de 24 horas, que es también común en muchas organizaciones.


Si buscas autogestión del tiempo, debes recordar que esta solo se puede otorgar en determinadas funciones y sectores, sobre todo donde sea fácil establecer objetivos claros y donde sea posible medir los resultados. Las empresas en las que se trabaja por proyectos, son un claro ejemplo de esto.


Entre esas fórmulas que llevan a pensar en el tiempo como una recompensa para motivar y atraer el talento, están los sabáticos para renovarse y reflexionar; la autogestión de las vacaciones, y lo que se conoce como trabacaciones (combinar, sustituir o completar el trabajo con los periodos de descanso); y también el derecho a la desconexión.



Actualidad Laboral / Con información de Expansión España