17-08-2017
La homologación de los salarios de México con Estados Unidos y Canadá no se dará por “decreto”, advirtió el sector empresarial mexicano, a unas horas de iniciar la primera ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón Castañón, explicó que en la medida que se formalice la economía mexicana y crezca, los salarios irán alcanzando los de nuestros socios comerciales. Pero, agregó: “Eso tiene que ver con transferencia tecnológica, capacitación y formación de nuevos cuadros en México”.

En conferencia telefónica desde Washington, el líder empresarial admitió que la mesa laboral será relevante dentro de la modernización del acuerdo de América del Norte, pero más allá del tema de salarios, en dicha mesa se abordarán temas como la administración laboral, capacitación de los trabajadores así como transferencia tecnológica en los diferentes sectores.

Mónica Flores, presidenta de la American Chamber de México (Amcham), explicó que el tema salarial es un asunto de oferta y demanda como cualquier mercado, y son más revaluadas las fuentes de trabajo que tienen capacitación y entrenamiento sí como sofisticación.

“(La mejora salarial) no es inmediata ni sucede por decreto, obedece a la sofisticación de los productos y conocimientos que generemos en el país”, acotó.

Los empresarios coincidieron en que en la medida en que se sumen más empresas a la exportación, se irán generando mejores salarios en México, las empresas que son competitivas a nivel global tienen que pagar mejores salarios y eso sólo se dará en economía formal.

El presidente del CCE estableció que sólo con el tiempo se podrá homologar los salarios de los trabajadores con los de sus socios comerciales, en algunas áreas, y citó que en el sector agrícola estamos muy cercanos, en especial donde se produce con alta tecnología. “No podemos aspirar a dar grandes brincos porque esto desequilibra la propia economía, lo tenemos que hacer con desarrollo e insistimos en que se tienen que incorporar políticas de valor”.

La administración trumpista tiene la intención de que los salarios de los tres países se equiparen en igualdad de circunstancias para evitar dumping laboral, con la condición de que las inversiones lleguen a las tres naciones.

Y aunque Robert Lighthizer, representante comercial de EU, no mencionó durante su discurso el tema salarial, sí aseguró que su intención es tener cambios en estándares laborales. El secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, desde Washington aclaró que existe el compromiso de los tres países de fortalecer los derechos de los trabajadores en el marco de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como sindicalización, libre asociación y contratos como un mecanismo para fortalecer la capacidad negociadora en el mercado.

Asimetrías impiden homologación: Coparmex

Homologar los salarios entre México, Estados Unidos y Canadá como producto de un acuerdo comercial sería una “utopía”, porque existen grandes asimetrías entre las tres economías que difícilmente podrían coincidir de un momento a otro, aseveró la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

En cambio, lo que sí se revisará en la renegociación del TLCAN son temas relacionados con capacitación y condiciones de trabajo, a fin de mejorar y ampliar los beneficios a los trabajadores acorde a las nuevas realidades.

Lorenzo Roel, presidente de la Comisión Laboral de la Coparmex, explicó que los empresarios mexicanos no están negados a mejorar las condiciones salariales de los trabajadores, tan es así que seguirán pugnando por ajustar el mínimo a los 92 pesos diarios, como lo marca el Coneval.

México cumple cabalmente con la legislación laboral acorde con las reglas internacionales, por lo que no debe permitir que el tema de igualar los salarios mínimos con Estados Unidos y Canadá empañe la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

La mayor apuesta de los negociadores mexicanos es incluir la nueva legislación laboral mexicana, en donde tanto la impartición de justicia y el registro de libre asociación tengan certeza jurídica tanto trabajadores como patrones, recomendó el especialista con El Economista.

Actualidad Laboral / Con información de El Economista