Has conseguido pasar un filtro entre gran cantidad de candidatos, aprobar la entrevista y ser el elegido para desempeñar tu puesto. Ahora, es importante conservar el trabajo y cuidar la imagen que das en él, por lo que es imprescindible que sepas cómo debes actuar en cada momento, y qué cosas te pueden perjudicar. Estos son algunos de los errores más frecuentes que debes evitar cometer en tu vida laboral:


- Discutir o rebatir todo: Es recomendable que tomes partido dentro de tu empresa en las decisiones que te afecten directamente. Al igual que es positivo que transmitas tu opinión, y propongas cambios si lo crees necesario; pero, siempre con un tono de propuesta y no de orden. Si tomas la costumbre de rebatir o quejarte por cualquier cosa que ocurra en tu entorno laboral, deberías reconsiderar tu actitud, ya que puede afectarte a tu perfil laboral.


- Prometer y no cumplir: Siempre que te comprometas con tus compañeros, tus clientes o tus jefes a conseguir algo, asegúrate de que lo conseguirás. En este caso, sobrestimar tus facultades puede repercutirte negativamente a nivel laboral, si prometes conseguir algo que luego no eres capaz o no de la manera que lo habías previsto.


- Ofrecerte voluntario para todo: Ser amable, flexible y compresivo en cuanto a horas y volúmenes de trabajo, es algo positivo que te puede sumar puntos ante tus jefes; pero no es algo que debas hacer en exceso. Es decir, si siempre te ofreces de voluntario para cargar con el trabajo de otros o sacrificar tu tiempo de descanso a favor de la empresa, te puede jugar en contra; ya que puedes alcanzar un desgaste, que luego se perciba en tus tareas reales.


- Vestir de manera inapropiada: Saber mantener una imagen en el trabajo, por mucha confianza que sientas o por muy cómodo que te encuentres, es importante; y algo que en ocasiones se nos olvida. En cuanto a la vestimenta, te beneficiará aprender a diferenciar las diferentes ocasiones, y utilizar una indumentaria acorde. No quiere decir que debas cambiar tu estilo o sentirte “disfrazado”, sino adaptar la ropa de tu armario y tu manera de vestir a cada ocasión.


- Gastar el tiempo laboral en cosas no laborales: Aunque trabajes en un ambiente distendido, donde se te permite contestar mensajes o tomarte unos segundos para comentar algo con el compañero. Siempre es importante que no pierdas la conciencia de estar trabajando, y no lleves estas prácticas o estos permisos, al nivel de estar en el sofá de tu casa. En muchas ocasiones, aunque creamos que no, se nota cuándo estamos trabajando y cuándo no.


- Ser negativo: Al igual que no es recomendable llevarte el trabajo a casa, tampoco es bueno llevarte tus problemas de casa al trabajo. Hay muchas personas que ven su nivel o su calidad de trabajo afectados por sus problemas o preocupaciones personales, de forma negativa. Aunque en ocasiones sea difícil, no debes dejar que las cosas externas te provoquen un carácter negativo o propenso a la ira, que al final descargues en el trabajo.


Actualidad Laboral / Con información de Forbes España