22-01-2018

El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó sus proyecciones de crecimiento en 2018 para Brasil y México, las dos mayores economías de la región. En su reciente revisión de expectativas, presentada hoy en Davos, el organismo mejoró del 1,5% a 1,9% su estimación sobre el PBI brasileño y del 1,9% al 2,3% para el caso mexicano.


Según el reporte de Perspectivas de la Economía Mundial del FMI, la mejora en las estimaciones se asocia con "los efectos favorables del alza de precios de las materias primas y, la distensión de las condiciones financieras en algunos países exportadores de materias primas". En el caso mexicano, además, se espera una mayor actividad local por un crecimiento económico en los Estados Unidos.


El informe del FMI no incluyó expectativas para Argentina, aunque, el escenario podría resultar favorable. Un mayor nivel de actividad en Brasil, que se estima que cerró 2017 con un alza menor al 1%, luego de caer 3.8% en 2015 y 3.6% en 2016, genera mayor demanda para bienes de consumo, vehículos y autopartes fabricados en el país. Mientras tanto, el FMI mantuvo inalterada su proyección de crecimiento para América Latina (1,9%), aunque elevó 0.2 puntos porcentuales su estimación para 2019, que ahora se ubica en el 2,6%.


El organismo, que conduce Christine Lagarde, también revisó al alza sus expectativas de crecimiento a nivel global. Las nuevas proyecciones sumaron 0.2 puntos porcentuales a las estimaciones de octubre, y marcan que este año y en 2019, la actividad económica mundial se incrementará un 3,9%. La mejora en el escenario, indicó el FMI, refleja "un fortalecimiento de la tendencia de crecimiento y el esperado impacto de las reformas fiscales aprobadas recientemente en Estados Unidos". Para este último país, las expectativas se incrementaron del 2.3% al 2.7% en 2018, y del 1.9% al 2.5% en 2019.


No obstante, el organismo renovó sus advertencias ante los riesgos que, desde su perspectiva, implicaría un fortalecimiento de las políticas proteccionistas en las grandes potencias económicas. "Un incremento de las barreras comerciales y los realineamientos regulatorios, en el contexto de esas negociaciones pesaría sobre la inversión global y reduciría la eficiencia de la producción, ejerciendo una carga sobre el crecimiento potencial", enfatizó.


 

Actualidad Laboral / Con información de La Nacion