11-06-2019

La sociedad civil de Hong Kong aumenta su movilización contra la propuesta de ley de extradición a China, que podría poner en riesgo los derechos de los hongkoneses, con la convocatoria de un paro general este miércoles, precedido hoy martes de una huelga de hambre y una sentada en la sede del Consejo Legislativo, donde el proyecto se someterá mañana a una segunda lectura.


La huelga general está prevista para mañana, 12 de junio, y ya ha pasado a conocerse como "Huelga 612", en referencia al mes y el día del paro, convocado por sindicatos de autobuses y de aviación, docentes, por la iglesia católica, hospitales, del sector de la asistencia social y de la Confederación de Sindicatos.


Cientos de establecimientos, restaurantes, tiendas de comestibles, libros y cafeterías han anunciado su intención de unirse a la huelga, así como sindicatos de profesores y escuelas, pequeños hoteles, bufetes de abogados, trabajadores sociales y más de 40 grupos religiosos y de bienestar social.


Los comerciantes se han movilizado en las redes sociales, bajo la etiqueta "#612strike", anunciando que sus tiendas cerrarán para permitir que sus empleados se manifiesten. Empresas como Cathay Pacific, Craft Coffee Roaster o Call 4 Van han anunciado cierres solidarios, con el mismo objetivo.


En una declaración publicada en su página de la red social Facebook, el sindicato de conductores de autobús instó a todos sus miembros a conducir a una velocidad "segura", muy por debajo del límite de velocidad, y a abstenerse de adelantar a otros vehículos.


Proyecto de ley, ¿contra la criminalidad?


El proyecto de ley contempla la extradición a todas las jurisdicciones con las que no existe un acuerdo bilateral, incluida la China continental. Las autoridades afirman que esta ley llenará un vacío legal y hará que la ciudad ya no sea un refugio seguro para algunos criminales. Garantizan la existencia de salvaguardas para asegurar que se cumpla con las normas internacionales de derechos humanos y que no se dirija a los opositores políticos de China.


Pero tras años de tensiones políticas en la antigua colonia británica, muchos hongkoneses ya no creen en las promesas de su ejecutivo, que está alineado con Pekín, y sospechan de las intenciones del gobierno chino, especialmente bajo Xi Jinping.


En virtud del acuerdo de 1984 entre Londres y Pekín, que presidió su traspaso en 1997, Hong Kong disfruta de una semiautonomía y unas libertades que no existen en la China continental, en teoría, hasta 2047.


Sin embargo, la antigua colonia británica ha sido escenario de considerables disturbios políticos durante la última década, por la preocupación que suscita la creciente interferencia de Pekín en sus asuntos internos y por la percepción de que el acuerdo de cesión y el famoso principio "Un país, dos sistemas" ya no se respetan.


La desconfianza hacia China ha ido en aumento desde que desaparecieron una serie de personalidades críticas con el poder chino, entre ellas un grupo de editores disidentes y un multimillonario, que reaparecieron luego detenidos en el continente.


En el otoño de 2014, el corazón financiero de Hong Kong estuvo bloqueado durante varias semanas por el "Movimiento de los paraguas", una vasta movilización para exigir la elección del Jefe del Ejecutivo por sufragio universal. Desde entonces, muchos activistas pro-democracia han sido encarcelados, se les ha impedido presentarse a las elecciones o se les ha despojado de su cartera de consejeros en el Consejo Legislativo.


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