El destino le cambió en 1971. En ese año se le ocurrió organizar una reunión de negocios en una aldea suiza, una pequeña y nevada localidad de montaña, a 1.560 metros de altitud. Este economista alemán, nacido en Ravensburg el 30 de marzo de 1938, es el fundador del World Economic Forum (WEF) o Foro Económico Mundial de Davos que se realiza esta semana, cuya sede principal es un antiguo hospital para enfermos de tuberculosis que se iban a tratar allí. En esa villa suiza se desarrolla la novela de Thomas Mann "La montaña mágica", escrita en 1922.

El primer evento lo organizó en 1971. Hoy es uno de los grandes acontecimientos del mundo de los negocios y de la política mundial. En esa primera reunión, Schwab, convocó 450 empresarios europeos que llegaron a ese pueblito de los Alpes suizos para discutir los desafíos a los negocios europeos en el mercado global. Con lo que ganó con las inscripciones ese año creo el "European Management Fund" que después se convertiría en el World Economic Forum.

En ese año también publicó su primer libro llamado "Gestión de la empresa moderna en la ingeniería mecánica" y es en parte el lanzamiento de su proyección al mundo de los negocios."Ese texto me abrió grandes puertas en lo académico y lo social porque me convirtió en un invitado de élite de destacados empresarios y políticos que me querían escuchar" cuenta Schwab, en un reportaje publicado en el diario El País de Madrid. "Querían hablar conmigo, conocer mi punto de vista", recuerda Schwab. Luego del éxito de ese libro el profesor comenzó a trabajar en el armado de una plataforma donde se reunieran políticos con gente del mundo de los negocios y así nació el Foro de Davos.

"Este empresario alemán dio durante 30 años clases de política y negocios en la Universidad de Ginebra. En cada verano, al terminar el curso académico, Schwab preparaba una fiesta para sus alumnos con el objetivo de compartir reflexiones y anécdotas alrededor de un fuego en el que se cocinaban las tradicionales salchichas. El profesor Schwab aprovechaba el fuego para quemar todos los papeles y apuntes del año que llegaba a su fin. Era su manera de destruir lo viejo, para, desde las cenizas, volver a comenzar de nuevo" comenta en una crónica del diario El País.

Schwab ha tenido entre sus principales maestros al ex canciller de alemán Helmut Kohl. Este empresario es Doctor en Economía por la Universidad de Friburgo y en Ingeniería por el Instituto Federal Suizo de Tecnología y tiene un máster en Administración Pública en Harvard. El llamado "Cerebro de Davos" por la comunidad de negocios mundial es un empresario disciplinado y metódico. Ha declarado en la mayoría de las entrevistas que le han hecho que nunca bebe alcohol y que todos los días, excepto la semana que se realiza el WEF, se levanta a las 6 de la mañana y va caminando a su oficina. Su despacho, está ubicado en un edificio de alta seguridad del barrio residencial de Cologny, y sus grandes ventanales dan al lago Lemán. Acaba de publicar su libro "La cuarta revolución industrial", en el que sostiene que con la expansión del mundo digital se asiste a una transformación sin precedentes en la historia de la humanidad. "Una auténtica revolución que tiene el potencial de aumentar los ingresos globales y mejorar la calidad de vida en el mundo", afirma Schwab en su libro.

En el desarrollo y consolidación de la iniciativa del WEF tiene un papel muy importante su esposa Hilde, a la que conoció cuando entró a trabajar con él como secretaria. Luego juntos crearon en 1989 la Fundación Schwab para el Emprendimiento Social, organización sin fines de lucro con sede en la misma Ginebra para colaborar con los hospitales de las aldeas suizas. A ellos se ha sumado su hijo Oliver, a quien los empresarios consideran el sucesor de Schwab para mantener este evento.

Schwab nunca ha dejado de rodearse de jóvenes, convencido de que son ellos los que enseñan a los mayores. Por ese motivo una de las últimas iniciativas ha sido la creación, dentro del Foro Económico Mundial, de un grupo de jóvenes talentos, los llamados los "Global Shapers". En 2004, Schwab fundó una nueva fundación, el "Foro de Jóvenes Líderes Globales", que busca todos los años reunir a más 1.000 personas menores de 40 años.

Además de su libro de reciente publicación, el pasado octubre abrió una oficina del Foro dedicada específicamente a esa cuestión en San Francisco, EEUU, en pleno centro tecnológico del planeta. Otro de los grandes problemas del futuro que presenta Schwab en sus conferencias es la destrucción de puestos de trabajo que provocarán los enormes avances de la robótica. En este caso cita a los Estados Unidos, donde dice que hay 12 millones de personas que trabajan conduciendo taxis, coches de Uber o camiones, empleos que pueden desaparecer en cuanto se perfeccionen los vehículos automáticos. "Aunque la tecnología también creará nuevos puestos de trabajo", afirma el creador del Foro de Davos.

El Foro que ha creado Schwab es uno de los grandes eventos sociales del mundo, pero él curiosamente asegura que no le gusta nada la vida social. "Nunca me verás en fiestas ni en cócteles", ha manifestado en distintos reportajes. "La creatividad, la empatía y el liderazgo podrán elevar a la humanidad" es una de sus frases preferidas.

El negocio ha crecido tan exponencialmente que el WEF tiene oficinas en Pekín, Tokio y Nueva York. En la actualidad casi unos 3.000 participantes se reúnen en Davos. Entre ellos, jefes de Estado, banqueros, consejeros delegados, magnates tecnológicos, artistas, gurúes de autoayuda, modelos, celebrities. Las cuotas de inscripción son muy caras y llegan hasta 17.000 euros por inscripto. En el año 2010 Schwab fue reconocido por la Fundación Internacional de Jóvenes Líderes con la distinción de "Referente de la Humanidad".

Actualidad Laboral / Con información de Infobae / Carlos Arbia