¿Alguna vez has visto que la compasión aparezca como una habilidad necesaria en la descripción de un cargo? Probablemente no, porque muchas empresas no se han percatado de los beneficios de esa habilidad en los colaboradores. ¿Qué significa ser compasivo en el trabajo? Puede ser tan simple como asumir que otros tienen buenas intenciones, incluso cuando una situación (por la razón que sea) no sale como estaba prevista, en vez de culpabilizar o confrontar. A pesar de las numerosas tensiones y errores que a menudo surgen en el trabajo, la mayoría de las personas no planifican actuar de manera grosera o hacer cosas que a los demás les incomode.

"Para muchas personas, su lugar de trabajo es una interrupción de su tiempo libre, una forma de sufrimiento pagado", dice Jon Ramer, fundador de los “Juegos de Compasión”, una organización mundial dedicada a la creación del pensamiento compasivo y a la acción compasiva en la vida cotidiana. "Si más empresas construyeran su cultura basada en la compasión, la gente estaría más satisfecha y se sentiría más dignificada en el trabajo. Verían la conexión entre los valores más profundos del ser humano y la forma en que están tratando a los demás, y están siendo tratados, en el trabajo ".

Tener líderes de negocios que se ocupen de la práctica de la compasión podría ser complejo porque, como explica Ramer, "medir el impacto de la compasión y la forma en que se traduce en las ganancias, es un nuevo concepto, por lo que es difícil justificar los recursos para desarrollar esta habilidad en el trabajo." Pero sin ella, los empleados se consumen, los gerentes se fatigan y los clientes pueden sentirlo en la calidad de la experiencia.

Ser amable comienza con una simple elección: muestra a los demás lo mejor que puedes dar. Y eso te conectará, a ti y a ellos, con valores de sensibilidad.

¿Cuáles son algunos de los beneficios de la creación de lugares de trabajo con orientación comprensiva? "Cuando las empresas se comprometen a desarrollar la compasión, se benefician de la concientización de la cultura que opera en el negocio. Esto impacta en la calidad del servicio al cliente, así como en la interacción de los empleados entre sí y con los proveedores", dice Ramer. "La compasión puede fomentar la solidaridad entre los colaboradores, afectar directamente en su lealtad y retención, así como también en la de los clientes."

Para muchos, la compasión no es fácil, sobre todo en el trabajo. Eso es porque, como seres humanos modernos, hemos creado una cultura de trabajo que por lo general no es compatible con el fracaso y la humildad. En el trabajo, se busca el reconocimiento en forma de "obtención de crédito". Cuando por alguna razón, no se nos da ese crédito, nuestro camino conocido es culpabilizar a otros, en vez de practicar la auto-compasión (a través de la auto-reflexión, la propia responsabilidad y la aceptación de nuestras imperfecciones). Ser compasivo significa ser vulnerable, lo que significa no ser "perfecto". En un mundo, que a menudo se centra en la perfección y el reconocimiento, la vulnerabilidad malamente se entiende a través de sentimientos de culpa, humillación o vergüenza. Más la compasión es un riesgo que vale la pena tomar y esta comienza por practicar la aceptación de las cosas tal cual como son, para luego decidir qué hacer con lo que no nos gusta.

La compasión en el lugar de trabajo no es diferente a la compasión en cualquier otro lugar. Inicia con una simple elección. La elección de estar abierto, a intentar empatizar con lo que los otros están sintiendo, o por lo menos reconocer que las personas no se presentan con la intención de ser malas, difíciles o desagradables. Es posible que tus colegas enfrenten luchas internas: ser madre soltera, problemas de salud, divorcio, muerte, discapacidad, preocupaciones monetaria, etc. Realmente no conocemos la experiencia de los otros antes de ir a trabajar. Así que la próxima vez que estés en el trabajo y las cosas no salgan como esperabas, toma una respiración profunda y admite como premisa que tus compañeros tienen intenciones positivas.

 Por: Jae Ellard, Mindful

Traducción y Adaptación: Equipo Addhara Bienestar Corporativo

@corpobienestar