El desarrollo de la personalidad de una marca aporta beneficios interesantes que no se pueden pasar desapercibidos. Por ejemplo, la firma Masterful Marketing destaca que con ella se puede, entre otras cosas, hacer que la compañía luzca más grande, crear una identidad, construir lealtad y confianza en los consumidores, transmitir estabilidad y hacer que la firma sea memorable; aspectos que en gran medida pueden impactar en la obtención de resultados. Por esto resulta importante su desarrollo, sin embargo, lo anterior solo se puede conseguir cuando esa personalidad incluye los 5 elementos que se pueden considerar cruciales. ¿Sabes cuáles son?, aquí los veremos.


Según lo comparte Buzzsumo desde su blog, las siguientes son las 5 ”C” que componen la personalidad de una marca influyente:


1- Carácter


Este primer rasgo, que conforma la personalidad de una marca, se trata de hacer lo que las marcas consideran lo “suyo”, así como de hacer lo correcto. Las marcas que buscan desarrollar esta primera “C”, deben definir los principios que guían sus decisiones tomando como referencia o base su cultura, creencia y visión intrínseca. Las marcas no deben temer decirle a la gente lo que representa. Si bien, esto no quiere decir que se necesite una misión de carácter altruista o que se deba hacer mención a temas políticos, se trata de reflejar un punto de vista y encontrar la forma de expresarlo.


Esto, según lo detalla Buzzsumo, es una parte importante que ayuda a las marcas a diferenciarse de la competencia y que también, ayuda en gran medida, a reducir la brecha entre los productos que hacen las marcas y la experiencia emocional que la idea de una marca puede transmitir. En la actualidad, es posible ver a diversas marcas grandes manifestando de forma creativa sus diversas posturas frente a temas que son de la opinión pública.


2- Claridad


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Esta segunda “C” de la personalidad de una marca se considera muy importante pues, comunicarse claramente es más que necesario en la actualidad; de esta manera, los consumidores no tienen que estar tratando de adivinar cuáles son las intenciones de la marca. Toda firma debe tratar de destilar la formación hasta llegar a su significado principal, eliminando todo lo que se podría considerar un exceso.


Cuando las marcas son honestas y directas o reflejan claridad, pueden ser más persuasivas sin verse en la necesidad de ser manipulativas. Toda marca, idealmente, debería buscar que sus compradores sepan exactamente qué es lo que van a obtener de ellas; para así lograr que la experiencia aportada no se sienta como un engaño o una promesa falsa, donde esperaban una cosa y terminaron decepcionados recibiendo otra. De eso se trata, a grandes rasgos, la claridad que deben buscar las marcas y empresas.


3- Contexto del consumidor


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La tercera de estas “C” de la personalidad de una marca también tiene mucha relevancia puesto que, es un hecho que las marcas no pueden solo tratarse de lo que quieren expresar. Deben tratarse también de conexiones con los clientes o consumidores. Por ejemplo, cuando se muestra un aspecto como la empatía hacia los consumidores, se les hace sentir comprendidos, cosa que es de lo más positiva, pues se les da la confianza de que sus problemas podrán ser resueltos.


Si las marcas mantienen las necesidades de los consumidores al centro y al frente, serán capaces de crear mensajes formidables con el poder de convencer y convertir a las personas en clientes. En este caso, tal como lo destaca la fuente, la empatía tiene todo que ver con respecto a cómo el equipo de la marca se muestra, tanto en la experiencia diseñada para los consumidores, como en las interacciones que se tienen como responsables de crear estas experiencias. Cuando se entiende el contexto del consumidor correctamente, es posible demostrar que se tienen los intereses de estas personas muy presentes y con ello, es más fácil que comprendan que la marca se preocupa por ellos realmente.


4- Credibilidad


La personalidad de una marca no puede estar completa sin credibilidad. Este es un aspecto que se refleja desde múltiples apartados; por ello, toda marca o empresa debe asegurarse de cosas como el hecho de que sus productos o servicios, hagan lo que dicen que hacen. En este caso en particular, se debe tener evidencia que pueda respaldar todas las afirmaciones que una marca haga sobre sus productos o servicios, con detalles específicos que los compradores puedan recordar.


Además de lo anterior, elementos como el social Proof, los testimoniales y la propia historia de origen de la marca contribuyen al desarrollo de esta “C”. Al compartir la experiencia reflejando los mismos retos que los consumidores enfrentan, básicamente se les está diciendo que la marca también ha estado ahí, ha hecho eso y ha logrado salir adelante.


5. Consistencia


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Finalmente, la última “C” que compone la personalidad de una marca, la de consistencia, viene a juego puesto que la consistencia ayuda mucho a desarrollar la confianza y la confianza desarrolla influencia. Tal como lo dice Buzzsumo, las marcas no pueden cambiar de personalidad como si cambiaran de zapatos pues se puede caer en múltiples incongruencias. Por ejemplo, si se tiene un sitio web lleno de jerga y oraciones complejas, y en la parte superior se coloca un lema que dice “La forma más fácil de hacer el trabajo”, es posible que las personas no se lo crean, considerando la muestra qué tienen en la página. De hecho, las probabilidades de que destaquen esto como un aspecto negativo son altas.


Para desarrollar la consistencia como parte de la personalidad de una marca, se deben realizar acciones como empoderar a los colaboradores para que aporten la personalidad de la marca a través de múltiples puntos de encuentro con el cliente: como el sitio web, las conversaciones con el personal de ventas, las llamadas de soporte o atención, las tiendas físicas, la interfaz del producto o cualquier apartado donde el consumidor interactúa con la marca.



Actualidad Laboral / Con información de Merca2.0