En una empresa en crisis, reina un clima de incertidumbre, la presión y miedo a ser despedidos en cualquier momento, produce malestar, desmotivación y preocupación, genera un estrés constante que desemboca, a su vez, en la falta de concentración, irritabilidad y en un rendimiento no del todo productivo.


A las tareas habituales de los empleados, se le suman la de los compañeros de trabajo que han sido desvinculados de sus puestos, generando entonces la necesidad de tener que cumplir una mayor cantidad de horas de trabajo, así como tareas diversas y muchas veces desconocidas.


La planificación del trabajo, los profesionales y empleados deberán reinventarse con el paso del tiempo, ya que en la crisis económica perduran quienes han logrado ajustarse a la nueva realidad.


Cada vez más, las empresas requerirán profesionales capaces de adaptarse y ser multifuncionales, especializados en diversas áreas y expertos en transformarse de un puesto a otro.


Mientras para algunas personas, la incertidumbre supone consecuencias físicas y psicológicas, para otros puede conformar un escenario para la generar una adecuada toma de decisiones.


Ante la incertidumbre, es esencial aceptar la situación inevitable y reaccionar con menos alarma y angustia. Aceptar no significa resignar, es poner sobre la mesa la realidad para asimilar lo mejor que se puede la situación que se está viviendo.


Esto nos permitirá saber qué cosas podemos cambiar dentro de nuestra área de acción y cómo vamos a encarar el nuevo escenario laboral, a pesar del la tristeza y las dificultades.


En escenarios tan desfavorables como los actuales, es de suma importancia que quienes lideran equipos de trabajo sepan poner el foco en aquellas variables que ayudaran a quienes conservan sus puestos de trabajo para potenciar su bienestar y en consecuencia su rendimiento.


Se necesitan organizaciones que consideren los intereses de las personas, la autoeficacia, la confianza y el apoyo en el lugar de trabajo, un clima laboral de colaboración y el compromiso a través de la consideración de sus propios intereses resultan claves en estos tiempos.


¿Qué recursos pueden implementar las empresas para lograr resultados positivos en medio de un clima de crisis organizacional?


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Modificar los antiguos paradigmas, salir de la queja y victimización de que nada se puede hacer y permitirse pensar de otra manera


Cambiar el foco de atención es lo que habilita la posibilidad de lleva a pensar diferente, de mirar el escenario desde otra óptica mas global y menos cortoplacista. Observando diferente se puede tomar otro tipo de decisiones que tal vez hasta el momento, no estaban barajadas.


Salir de la inercia


Si justamente la inercia se trata de alguna manera de mantener el statu quo y funcionar en automático, estos periodos de crisis son los que invitan a abrirse a nuevas posibilidades y desafíos. Para eso es importante trabajar en la creatividad y la flexibilidad. Cuando no todo depende de uno, focalizarse en aquello que uno puede revertir y desarrollar, es la clave.


Adquirir responsabilidad: cada participante es motor de cambio


Transmitir esta concepción y vivenciarla es fundamental. Para poder salir de los argumentos que estancan, en los cuales la "culpa" viene acarreada de otros sectores.


Asumir y apropiarse de lo que a cada uno le compete y las tareas que si se pueden hacer, mas allá del contexto desfavorable o atrasado o no facilitador.


Mayor comunicación: generar espacios de intercambio de manera fluida con apertura y flexibilidad


Permitir más que nunca el dialogo, la expresión de lo que se siente, los temores e incertidumbres, que pueda hablarse de lo que está sucediendo y entre todo el equipo buscar soluciones o maneras de transitar lo mejor posible estos momentos.


Reconocimiento de las emociones


Ayuda a reducir o eliminar sus síntomas y mejorar el ambiente de trabajo. Ese miedo, provocado por la falta de comunicación hacia el empleado, generando ansiedad, angustia, ataques de pánico. Trabajar en la transformación de esos estados emocionales.


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Valorar y registrar lo que cada uno puede aportar brindando espacios de apertura


El día a día nos distrae, entristece, aturde, por lo tanto reconocer y estimular hará un equipo de trabajo más seguro, acompañándolos en este nuevo escenario.


Capacitación, formación y motivación


Incluir la participación de un psicólogo, para mejorar el bienestar de los trabajadores, en la salud de la organización, que en consecuencia, afectará positivamente a su rendimiento en el mercado.


El psicólogo trabajará con los miembros que forman parte de una empresa, diferentes metodologías y recursos que habilitan el desarrollo de la motivación, la confianza, el registro de las emociones que interfieren negativamente y obstaculizan el mejor desenvolvimiento laboral así como el logro de objetivos.


Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios