Seguramente usted, como cada día más venezolanos, tiene un amigo, familiar o conocido que ha emigrado o está pensando en emigrar. Si usted ha tenido la oportunidad de estar fuera del país seguramente ha escuchado frases como “el primer año es el más difícil”, “con el tiempo te vas acostumbrando”, “es mejor el frío que la inseguridad”, etc. Pero existen muchas otras cosas por las que deben pasar las personas que desean vivir en otro país que muy pocos dicen y que quizás usted desconoce. Aquí les queremos mencionar alguna de ellas:

1. Usted siempre será extranjero: no importa qué pasaporte o nacionalidad tenga, que hable a la perfección el idioma de ese otro país, o que se adapte con mucha facilidad a la nueva cultura, la realidad es que usted es y siempre será venezolano.

2. Usted formará parte de la minoría: en muchos países al ser extranjero automáticamente se pasa a formar parte de lo que se denomina la minoría, conformada por los grupos sociales con menor poder económico, dentro de los cuales se encuentran los inmigrantes. Ello significa que podría ser un poco más difícil para usted conseguir trabajo, y de tener la suerte de conseguirlo podría tener una remuneración menor a la de los nativos del país en cuestión. En algunos países los trabajos desempeñados por los extranjeros pueden ser aquellos que los nativos no están tan dispuestos a realizar. Usted debe tener la mente lo suficientemente abierta para aceptar dicha circunstancia el tiempo que resulte necesario.

3. Probablemente usted deberá trabajar el doble de lo que trabajaba en su país. Si usted tiene la suerte de conseguir trabajo (no tomemos en cuenta aquí el oficio), usted probablemente trabajará más horas y más días a la semana. Su pago probablemente será más alto del que percibía en su país, pero podría estar por debajo del estándar dentro del nuevo país en el que reside. Por ejemplo, un informe publicado por la cadena de noticias CNN el 10 de julio de 2014 reveló que los hispanos conforman el 16,3% de la población de Estados Unidos, pero solo poseen el 2,2% de su riqueza. “Los hogares hispanos acumularon un promedio de 109.000 dólares en riqueza, frente a los 495.000 dólares para todos los hogares en 2010”[1].

4. Usted deberá hacer grandes sacrificios que quizás antes no hacía. Por ejemplo, si usted acostumbra ir a la playa regularmente quizás ya no lo podrá  hacer con tanta frecuencia, o si usted es de esas personas que disfruta viajar con regularidad quizás ese será un lujo que no podrá darse al menos mientras se instala en otro país, lo cual podría tomar años. Para algunas personas el sacrificio implica inclusive “empezar desde cero” para comenzar una nueva vida. Vivir en otro país es como un canje de cosas buenas y no tan buenas, por ejemplo, usted cambia la inseguridad de Venezuela por el frío de otro país, o su comida favorita por otra que quizás no le guste tanto, sus amigos de toda la vida por una nueva vida, pero lejos de su familia y seres queridos.

5. Debe adaptarse a la nueva cultura. Nadie estará esperando por usted, así que cuanto más rápido mejor. Aunque pueda sonar trivial, la diferencia cultural podría tener efectos importantes, inclusive si usted decide vivir en algún otro país de Latinoamérica para reducir el impacto. Recientemente tuve una conversación con un ciudadano conductor de taxi quien luego de hacer referencia a la situación del país terminó comentando que estuvo viviendo un tiempo en otro país latinoamericano pero que simplemente no se acostumbró, en sus propias palabras “la depresión fue tan fuerte que terminé regresándome”.

6. Debe contar con un capital monetario importante. No queremos decir con esto que solo el que tiene dinero emigra, pero tenga en cuenta que probablemente usted tenga que vivir en cierta austeridad mientras se instala, por lo que si no cuenta con un respaldo económico mientras consigue trabajo o alguna oportunidad de empleo su sueño se podría convertir en una pesadilla.

7. Si usted logra sobrepasar todas las circunstancias anteriores, lo más probable es que el fruto de su esfuerzo lo vean con más esplendor sus futuras generaciones. Podrían ser sus hijos o nietos que al haber nacido o haberse criado en ese otro país puedan tener las puertas más abiertas a oportunidades nuevas que quizás usted no tuvo.

La conclusión que quiero que se lleve de estas cortas líneas es que emigrar quizás no está hecho para todo el mundo, o tal vez deba decir que no todo el mundo está hecho para emigrar, se debe tener mucha voluntad y capacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias, cualquiera que ellas sean.

Por otra parte, aún cuando muchos venezolanos están emigrando, existe un alto porcentaje de la población (si bien la gran mayoría), para el cual emigrar ni siquiera es una opción, pues no cuentan con los medios económicos necesarios para hacerlo. No obstante, un buen porcentaje de las personas que emigran está conformado por personal capacitado, lo cual tiene un impacto directo en las empresas, muchas de las cuales se han visto obligadas a recortar puestos de trabajo o a buscar personal alterno con menos capacitación. De allí la importancia de que los empleadores valoren el talento que poseen actualmente y lo compensen de forma tal que logren retenerlo no sólo en la empresa sino en el país, ya que si la oleada de emigración continúa el mercado laboral podría atravesar por una etapa aún mucho más difícil, no sólo por la menor capacidad de empleo, sino por la posible incapacidad de conseguir personal suficientemente capacitado como para asumir los nuevos retos que se presentan en el país.

Si usted está pensando en emigrar, ponga todos los elementos aquí descritos en su balanza y decida si está en la capacidad y tiene la voluntad de hacerlo. Si usted decide quedarse en el país tome en cuenta que ahora más que nunca su esfuerzo será necesario en la transformación de nuestra sociedad, sabemos que la realidad no cambiará de la noche a la mañana, al contrario, tomará tiempo, así que haga su trabajo lo mejor que pueda, motive a las personas a su alrededor, disfrute su país, sí, por más tonto que suene, disfrute de Venezuela, de su comida, su clima, aunque no lo crea son lujos que muchos que viven afuera quisieran darse; pero sobre todo, haga usted el cambio que quiere ver en la sociedad, no esperemos por los demás, empecemos por nosotros mismos.

[1] http://cnnespanol.cnn.com/2014/07/10/la-enorme-brecha-de-riqueza-de-los-hispanos-en-ee-uu/

Daniela Arevalo / Abogado

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