22-06-2017
Los millennials son ahora los que más viajan, debido a esto paso mucho tiempo investigando y discutiendo acerca de ellos. Lo que me parece más interesante acerca de este fenómeno es cómo es que prefieren gastar su dinero en experiencias en lugar de comprar cosas.

En esta generación "no gastamos dinero ni en automóviles, ni en televisores ni en relojes", dijo a la CNBC Taylor Smith, CEO y cofundador de Blueboard. "Rentamos autos y viajamos por Vietnam, vamos a festivales de música alrededor del mundo, o vamos de excursión a Machu Picchu".

Este testimonio fue respaldado por un estudio realizado por Harris Group, el cual muestra que el 72% de los milllennials prefieren gastar su dinero en experiencias que en cosas materiales… El punto es que esto no sólo pueden hacerlo los millennials.

Algunos investigadores estudiaron la manera en la que la gente podía gastar su dinero para ser más feliz. Una teoría decía que los objetos materiales podía aumentar la felicidad debido a que las cosas duran más que una experiencia. En 20-year study del Dr. Thomas Gilovich, profesor de psicología en la Universidad de Cornell, podemos encontrar que la verdadera felicidad se encuentra en hacer lo contrario.

El Dr. Gilovich es uno de los tantos investigadores que creen en la Paradoja de Easterlin. Este fenómeno indica que después de satisfacer nuestras necesidades básicas, el dinero sólo aumentará la felicidad hasta cierto punto por los siguientes motivos:

La felicidad basada en objetos materiales desaparece rápido

"Un enemigo de la felicidad es la costumbre", "compramos cosas para hacernos felices y sí, lo logramos. Pero sólo durante un tiempo. Tener cosas nuevas nos emociona al principio, pero luego nos acostumbramos a ellas", dice el Dr. Gilovich.

Los psicólogos lo llaman "adaptación hedónica". En otras palabras, la emoción causada por ese coche, iPhone o esos muebles nuevos se desvanece en el momento en que se convierten en parte de nuestra vida cotidiana. Las experiencias como viajar, asistir a una exposición de arte o comer en un nuevo restaurante, toman parte de nuestra identidad, lo que nos trae mayor satisfacción.

"Nuestras experiencias son una parte más grande de nosotros mismos en comparación con los bienes"; "pueden gustarte tus cosas materiales, incluso puedes llegar a pensar que parte de tu identidad está conectada a esas cosas, no obstante, están separadas de ti. En contraste, tus experiencias realmente forman parte de tu persona”; “somos la suma total de nuestras experiencias", dice Gilovich.

Las experiencias definen tus metas y pasiones

Tus actividades diarias deberían ser guiadas e influenciadas por tu propósito en la vida y tus pasiones, no por tus posesiones materiales.

Piénsalo de esta manera. Digamos que Bruce Springsteen es tu músico favorito de todos los tiempos. A pesar de que tienes todos sus álbumes, y algunos otros artículos como playeras o posters, ¿se comparan a verlo en concierto? Probablemente no. De hecho, si alguien te ofreciera un boleto de primera fila a cambio de todos tus recuerdos de Bruce, seguro aceptarías sin dudarlo.

Los bienes materiales no contribuyen a las relaciones sociales

"Consumimos experiencias directamente con otras personas. Y cuando esas personas ya no están, forman parte de las historias que contamos", dice Gilovich.

¿Te relacionas más con otras personas cuando hablas de objetos o de experiencias? Piensa en Bruce otra vez. Cuando conoces a otro fan, tienes un cierto vínculo y conexión. Pueden hablar de su música, de los conciertos a los que has asistido y de lo mucho que su música ha marcado tu vida. Eso sin duda es una conversación más profunda e interesante que hablar de coches, artilugios, ropa o incluso de los souvenirs que tienes de él, ¿cierto?

El experto en relaciones sociales John Hall, autor del libro Top of Mind, me dijo hace poco: "Las relaciones son como la catsup, sólo tu puedes decidir si quieres ponerle o no a tu hamburguesa". Todos podemos querer o no querer.

Los momentos son más memorables

Las experiencias están diseñadas para ser fugaces, sin embargo, nos proporcionan un alto nivel de excitación y quedan en la memoria, gracias a la manera en la que nos anticipamos para vivirlas. Una vez más, regresemos al ídolo.

Escuchas que viene a la ciudad, así que marcas en tu calendario la fecha del espectáculo, y el día en que los boletos estarán a la venta. Anticipas la compra para asegurar tus entradas. Ir a este evento se convirtió en una experiencia completa, no sólo en un momento pasajero.

Las experiencias te introducen hacia un mundo nuevo

A diferencia de las cosas, las experiencias te muestran nuevas perspectivas, lecciones de vida y la importancia de la gratitud. Viajar, por ejemplo. Si vives en Nueva York y viajas a Virginia Occidental, puedes darte cuenta de los pros y los contras de vivir en la Gran Manzana. A pesar de toda la cultura que hay en ella, el transporte público y mucho que hacer, ese viaje de fin de semana, te hizo apreciar la naturaleza, la tranquilidad y la belleza de las noches tranquilas y estrelladas del lugar en el que vives.

Puedes llegar a comprender las diferencias culturales. Incluso si no estás de acuerdo con sus puntos de vista, aprendiste a ser más reflexivo, compasivo, humilde o agradecido.

Acumulación de objetos

¿Tienes un patio lleno de cosas? La acumulación de basura que nunca vas a utilizar puede causar daño a tu salud mental. Esto se debe a que cuando nuestras casas están desordenadas y llenas de basura nuestro nivel de estrés aumenta.

No es bueno codiciar lo de los demás

"Intentar mantenerse al día tiende a la codicia de obtener bienes materiales más que de la adquisición de experiencias", dice Gilovich. Esto se debe a que, de acuerdo con la investigación de Ryan Howell y Graham Hill, es más fácil comparar los bienes materiales que las experiencias.

"Nos molesta si estamos de vacaciones y vemos a la gente hospedarse en un mejor hotel o si vuelan en primera clase. Pero no nos causa tanta envidia como cuando nos superan en bienes materiales".

En otras palabras, gastar dinero en experiencias puede disminuir este sentimiento de envidia, lo que significa que, al final, estaremos más saludables y felices.

Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur / John Rampton