A escala mundial, la brecha salarial entre hombres y mujeres se estima en 23%, es decir las mujeres perciben 77% de lo que ganan los hombres. Pero este no es el único asunto inequitativo, la participación de las mujeres está excesivamente limitada a ciertos sectores y ocupaciones, y tienen mayor probabilidad de estar desempleadas que los hombres: 5.5% de posibilidad para los hombres frente a 6.2% en lo que respecta a las mujeres, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Las mejoras para generar equidad han sido lentas, y esto genera una proyección desafiante. De acuerdo con la OIT, si las condiciones prevalecen como hasta la fecha se necesitarán entre 70 y 100 años para erradicar la desigualdad por motivo de género, al menos en temas salariales.

Preocupación salarial

¿Qué opinan los profesionales sobre la brecha de género? El escenario que genera mayor preocupación respecto a inequidad, de acuerdo con encuestados mexicanos, es el salarial.

En la Encuesta Mujeres ¿cómo negocian su salario?, del portal de empleo Bumeran.com, los mexicanos cuestionan la falsa creencia de que los hombres negocian más incrementos que las mujeres. El 52% no considera que esto sea una realidad, y 48% restante sí cree que los varones están más dispuestos a buscar un incremento.

Las mujeres negocian a la par que los hombres, pero no consiguen un óptimo resultado por barreras culturales y porque existe en ellas cierta tendencia a negociar otros aspectos de la vida laboral, como la flexibilidad, arrojó el informe en el que participaron más de 3 mil encuestados.

La encuesta consideró las razones por las que podría existir diferencia al negociar un salario y si los mexicanos identifican desventajas salariales entre hombres y mujeres en ofertas laborales. El 47% de los entrevistados dijo haber encontrado una diferencia salarial por género en su actual empleo, o en ofertas laborales que consideró. Un 36% no registró esa situación en su trabajo y para 17% de los mexicanos esto no existe.

El 17% de los mexicanos asocia la diferencia de salario entre hombre y mujer a una práctica de discriminación, incluyendo en esto la dificultad para obtener un incremento una vez que se negocia. Un 10% de los entrevistados atribuye la desigualdad salarial a dos motivos: las mujeres desconocen cómo pedir un aumento y temen “ser mal vistas” por tener esta iniciativa.

A partir de los resultados reportados por la encuesta, el portal de empleo Bumeran.com sugiere estos aspectos para que las mujeres diseñen un plan de negociación salarial y de desarrollo de carrera:

Elegir un mentor. Estar cercano a una persona que identifique capacidades que la persona no detecta por sí misma, y que impulse en la carrera, es una de las ventajas del mentor y las mujeres necesitan enrolarse más en estos modelos. Si en la empresa no existe esa figura, o se trabaja de manera independiente, es recomendable buscar ese apoyo en otros círculos (cursos, reuniones con ex jefes). El objetivo es recibir asesoría de una persona con experiencia en el sector e industria de interés, y que conozca tu trayectoria. Esto, a su vez, permite ampliar la red social- profesional con otras personas.

Romper estigmas. Hablar del equilibrio vida-laboral para la mujer, y cualquier colaborador, es casi un mito en las organizaciones, porque la realidad es que vivimos una era donde es imposible terminar todos los pendientes. Mejor hablar de integrar la vida persona al trabajo. Esto requiere crear, como mujer, generar más redes de apoyo, como la integración del varón u otras personas, a la formación familiar. Hay que establecer prioridades, por ciclo de vida, y con base en ello buscar apoyos para integrar lo laboral con lo personal.

Negociar el salario “liberándose de culpas”. Investigaciones han registrado que un error común en las mujeres es atribuirse el máximo nivel en responsabilidad por un problema o mal resultado en su área de trabajo. Esta acción contribuye a iniciar la negociación con argumentos poco favorecedores o no contundentes, como “sé que hay cosas que faltan por hacer o, existen problemas, pero… quiero pedir un aumento”. Mujeres y hombres necesitan plantear la negociación enlistando sus logros y desafíos vencidos en lo laboral.

Pensar en el desarrollo de carrera. La encuesta de Bumeran arrojó que 23% de los mexicanos considera que las mujeres prefieren negociar en pro de conseguir tiempo con la familia. Parte de romper con la mentalidad de poco apoyo al talento femenino, desde diferentes frentes, es comprender que ambas negociaciones son posibles, la salarial y la de desarrollo de carrera, y hay que pensar en diferentes estrategias para respaldar los dos tipos de propuesta.

Invierte tiempo en ampliar tu red de contactos. Las mujeres suelen tener menos lazos de trabajo para promocionarse, y eso cuenta al pedir un aumento. En muchas ocasiones su tiempo libre se destina a tareas personales, mientras el hombre entiende que las salidas después de la oficina, por una cerveza, sirven para negociar. Fomentar las sesiones de networking con gente del trabajo y, en general, con personas vinculadas a la profesión, ‘empodera’ a la mujer al momento de realizar su petición.

Actualidad Laboral / Con información de Mundo Ejecutivo