Conindustria buscando siempre soluciones que aportar, para resolver la crisis por la que atraviesa el país, reveló su plan de políticas públicas “Hacia una Venezuela Industrializada: La Ruta”. Documento que se dio a conocer en Caracas a través de un evento celebrado ayer 22 de noviembre, en el hotel Eurobuilding y conducido por la periodista Gladys Rodríguez.
La cita tuvo asistencia masiva, y entre los asistentes que podemos mencionar se encuentran la presidenta de Consecomercio, María Carolina Uzcátegui; los diputados a la Asamblea Nacional, Ángel Alvarado y Adriana D’Elia, el Presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores, Roberto León Parilli; entre otros personajes destacados y cercanos al mundo empresarial.
Hacia una Venezuela Industrializada: La Ruta, dio inicio más o menos a las 2pm, con una pequeña introducción a cargo de Roberto Rimeris y Francisco Acevedo. Ellos indicaron que el documento, que tiene por nombre el mismo del evento, es un trabajo detallado que es, casi, un manual de operaciones. En este participaron veinte expertos para determinar qué acciones se deben llevar a cabo, dentro de los temas claves en la industria. “No nos vamos a parar hasta dar un sector que pueda competir en cualquier mercado global. Para ello, este trabajo que presentamos hoy, no se queda aquí. Seguiremos profundizando y detallando lo que debemos y podemos hacer”, indicó Acevedo.
Pasada esta bienvenida, a lo que sería el desarrollo del evento; vino la ponencia de Juan Francisco Mejía. En este apartado, el ex Presidente Ejecutivo de Conindustria hizo una “Radiografía de la industria”, en la que dio un recorrido entre los años 1997 y 2015, detallando la evolución del producto manufacturero. Todo esto con data oficial que se obtuvo del Banco Central de Venezuela. Indicó que la manufactura tiene un peso del 17% dentro de la economía, y que al principio del análisis representaba aprox. un 18% del PIB, pero que actualmente se ubica, más o menos, en un 14%. También destacó que, entre el 2003 y 2007 la industria tuvo su mayor crecimiento, por supuesto, no mayor al del inicio en el 97. Pero, es justo a partir del 2007, que se ha venido observando una caída sostenida. “El sector industrial, a pesar de todos los controles, sigue produciendo y estando presente dentro de la economía nacional”, señaló. Mejía mencionó que, al analizar también los subsectores de la industria, el objetivo es alcanzar un mercado más diversificado como lo han ido haciendo otros países de la región como Colombia, Argentina, Costa Rica y Ecuador.
A esta ponencia se incorporó un panel compuesto por los exministros: Eglé Iturbe, Werner Corrales, Imelda Cisneros y Víctor Álvarez; quienes se pasearon por varios temas e incógnitas, que abordaron basados en sus experiencias en el tren ministerial, y en su trabajo dentro de la industria. ¿Cómo ven el futuro industrial de Venezuela? Fue una de las preguntas que se plantearon, y a la que los invitados respondieron de la siguiente manera:
Eglé Iturbe: “El sector tiene que salir a flote porque tiene con qué hacerlo”. A su vez, indicó que en la industria se tiene un capital que no se está utilizando, pero que está ahí y puede ser aprovechado. También expuso que debían retomarse ciertas prioridades en el sector para que pueda funcionar en su totalidad, como por ejemplo, la estabilidad dentro de este, con referencia al cambio constante de ministros, en los que incluso se incluyen militares, que no deberían estar presentes pues debido a su régimen, no están acostumbrados ni tienen la capacidad idónea para manejar el tema civil.
Mientras que Víctor Álvarez detalló que, “en los últimos años la industria ha estado entre la vida y la muerte”. Esta se encuentra en un estado muy precario, pero a su vez tiene un momento estelar pues, es la que nos puede salvar de la crisis que estamos teniendo en el país. Un factor importante que también sacó a relucir es que el sector no debería depender de las divisas otorgadas por el Estado, ni poner a estas como excusas dentro de su precariedad. Cree que el discurso debe ser cambiado y que, es la industria quien debe generar estas divisas para eliminar esa situación de dependencia.
Imelda Cisneros a su vez, felicitó la labor de Conindustria de aportar soluciones a la crisis, a pesar de todos los golpes que les da el gobierno. Comentó que al documento “Hacia una Venezuela Industrializada: La Ruta”, le hacía falta un capítulo, y este era el de “La viabilidad política”. “Yo creo que tenemos una gran oportunidad de convertir eso negativo, en algo muy positivo. Esto si de verdad nos comprometemos a trabajar de la mano de la empresa pública, privada y del sector laboral”. Prosiguió: “El mejor proyecto social es un proyecto industrial. Es mejor tener un trabajo estable, que una bolsa del Clap”.
Werner Corrales por su parte dijo que debe tomarse en cuenta la Viabilidad de la propuestas; y que se deben incorporar medidas en las que puedan coexistir los diferentes puntos de vista, que todos puedan ser incluidos. Destacó que ve buenas oportunidades en el emprendimiento y las cooperativas; y que ve el rentismo que estamos viviendo, desde tres perspectivas: la económica, la perspectiva política y el efecto cultural. Concluyó así, comentando que Venezuela debe interesarse más en crecer en volumen y no en la renta, como lo ha venido haciendo hasta ahora.
Terminado este interesante y fructífero panel moderado por Mejía, se dio paso a un break, de al menos, unos treinta minutos. Luego de este, se dio paso a otro panel, esta vez integrado por: Félix Gerardo Arellano, Maryolga Giran, Richard Obuchi, Humberto García Larralde y José María de Viana; y moderado por Gustavo Roosen. Dentro de las inquietudes que se plantearon aquí, se destacaron las siguientes opiniones: Richard Obuchi mencionó que la contribución social de las empresas del Estado, debe imperar en cualquier propuesta de reestructuración industrial.
Mientras que, José María de Viana, indicó que “Los venezolanos estamos entendiendo que hay una dimensión de la pobreza que son los malos servicios públicos (…). Invertir en infraestructura, invertir en servicios públicos significa diferir el consumo, es decir, cada vez que usted va a invertir algo quiere decir que esos recursos no los va a gastar en gastos públicos, sino que usted los va a diferir para tener unos buenos servicios”; algo que detalló no se está cumpliendo en el país.
"Hay que suscribir un nuevo pacto social entre trabajadores e industriales, convertir a los trabajadores en ciudadanos con criterio, y prepararlos para la revolución industrial. También se deben reformar las leyes del INCES y del Trabajo”, señaló Maryolga Giran.
Francisco Javier Rodríguez comentó respecto al tema que "el Estado sabe que la única forma de construir bienestar es con un sector productivo competitivo. La empresas tienen que fortalecerse”. A su vez, Félix Gerardo Arellano compartió: "En materia de relaciones internacionales, el gobierno está muy aislado. Hay que hacer labor de reingeniería regional. Tiene que haber una terapia intensiva del país en materia de internacionalización”.
Concluidas estas intervenciones para comprender un poco el panorama, y conocer más del documento de Políticas Públicas planteado en esta ocasión por Conindustria, se dio paso al cierre del evento a cargo de Juan Pablo Olalquiaga.
Este, en un esperanzador pero realista discurso, insistió en que este plan de Propuestas de Políticas Industriales por sí solo no es suficiente, sino que es una parte del rompecabezas que hay que armar para tener un claro camino en la dirección de construir un país. De igual manera señaló que “la gobernabilidad que se desprende de políticas públicas acertadas es uno de nuestros propósitos, así como requiere de nuestra corresponsabilidad. Es requisito y exigencia de la sociedad en su conjunto. Para que se materialice el cambio político es obligatorio tener una visión consensuada de país, de la cual se desprendan planes sectoriales estables de desarrollo, los cuales conformen el compromiso a ser instrumentado tanto por unas autoridades transitorias, así como por una sucesión de gobiernos posteriores. Así lo entendemos, así lo exige la comunidad internacional y espero que así también lo comprendan todos y cada uno de los integrantes de los partidos políticos nacionales”.
Es entonces, ¿cuando nos preguntamos qué conclusión podríamos obtener de esto? Algo tan simple como que, en Venezuela existen las bases para tener una eficaz industrialización, además de un excelente manual como lo es el Plan de Conindustria. Pero, para que esto pueda llevarse a cabo debe haber un acuerdo nacional, entre el que sector industrial, Estado y demás poderes; porque de nada sirve tener las herramientas, si no existe una viabilidad política como lo mencionaron varios de los panelistas invitados.
Aquí te dejamos los puntos, condensados, que propone Conindustria para recuperar a la industria en un plazo que debería comenzar desde ya, y con mira en el 2030. Además, si quieres conocer más a fondo el documento, puedes encontrar un resumen aquí.
-Recuperar en el lapso de 12 meses al menos 60% de la capacidad industrial instalada.
-Contar en el lapso de 24 meses con al menos 20 clusters manufactureros activos.
-Contar para el año 2030 con al menos 30 mil establecimientos industriales.
-Llegar en 12 meses al menos a 3000 millones de dólares en exportaciones manufactureras; en 24 meses a 4000 millones y en el año 2030 a 10000 millones.
-Lograr para el año 2030 la meta de al menos 1.412.458 empleos formales en la manufactura.
-Un crecimiento de la productividad y remuneración del 5% anual; que para el 2030 los salarios promedios sean de US$ 9184 y para el empleo formal de US$ 14189.
-Se aspira que el peso de la industria manufacturera en el PIB total sea del 22% para el año 2030. Partiendo de un peso del 13% en el año 2015, ello supone que la tasa de crecimiento del PIB manufacturero crezca al doble del ritmo de la tasa del PIB total.
Actualidad Laboral / Heller Palma