La guerra de talento iniciada en algunas industrias, especialmente por la necesidad de incorporar profesionales especializados y con experiencia, ha llevado a las empresas a buscar nuevas incorporaciones, incluso entre las personas que ya cuentan con un trabajo y si es dentro del sector mejor.

Esto supone que las compañías busquen en la competencia ese talento cualificado que tanto desean, tentando al profesional con mejoras salariales, promesas de promoción interna y condiciones ventajosas ligadas a beneficios sociales, flexibilidad o conciliación.

Las redes han simplificado este ‘robo’ de personal entre organizaciones. Y según un artículo publicado en Infojobs algunas de las ventajas de esta práctica son, además de la experiencia, la obtención de todos los contactos adquiridos por el profesional, un mejor rendimiento del tiempo de adaptación a la nueva empresa y puesto de trabajo, la oportunidad de incorporar nuevos clientes y, por tanto, el daño que se pueda ocasionar a la empresa de la competencia.

Contratar a un profesional que ha trabajado en la competencia tiene ventajas: conoce a los clientes, los servicios o productos, las dinámicas de trabajo, etc. El tiempo de adaptación se reduce y puede aportar nuevas ideas ya probadas en su empresa… e incluso traerse algún cliente.

Pero ¿qué hacer si se recibe una propuesta así? Según el portal de empleo, dependerá de la situación de cada profesional. Si se trata de una persona que, aun teniendo un trabajo, está en un estado de ‘búsqueda activa’, es vital investigar las condiciones propuestas.

¿Cuáles son los factores que derivarían en un cambio de empleo? ¿El ambiente laboral, el salario, las condiciones, la proximidad, las oportunidades de ascenso…? ¿Mejora la nueva oferta alguno de estos criterios? ¿Las iguala a la empresa actual? ¿Cómo ha sido la experiencia de otros profesionales? Estas son una de las principales cuestiones a plantearse antes de tomar una decisión.

Una vez tomada, es importante asegurarse de que –en caso de que sea afirmativa- se trata de una apuesta segura ya que una vez sea comunicada la decisión a la alta dirección de la empresa actual, el ambiente se puede enrarecer, especialmente porque se trata de la competencia.

En cuanto a esa comunicación hay que ser honestos y transparentes, explicando los motivos que han suscitado el cambio y tener cuidado con las contraofertas puesto que, de aceptar quedarse en la compañía, puede que mejoren en detrimento del trato con la directiva, pues sabrán que se está interesado en otros trabajos.

Actualidad Laboral / Con información de Equipos y Talento