La terminal de Changi, situada en Singapur, está avanzando hacia el futuro de una manera acelerada. Cada año, el aeródromo gana el premio al mejor aeropuerto del mundo, concedido por Skytrax. Sus comercios generan ventas anuales por valor de 1.500 millones de euros y entre sus instalaciones destaca un jardín de mariposas de 12 metros de altura.


La terminal 4 de este aeropuerto está funcionado como una especie de laboratorio de pruebas para aplicar la tecnología más avanzada. De hecho, se espera que en la próxima década la terminal 5 reciba más de 50 millones de pasajeros anuales.


El proyecto futurista contempla que este aeropuerto no necesite empleados para funcionar. El aterrizaje de los aviones estará monitoreado por cámaras y rayos láser, que harán las veces de torre de control tradicional. El resto de los servicios serán realizados por sistema automáticos. Pero lo mejor de todo es que serán robots los encargados de realizar las tareas de repostaje y mantenimiento.


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En cuanto a los pasajeros, realizarán los controles necesarios con un control biométrico y, como mucho, habrá un funcionario para comprobar que no se introducen objetos peligrosos o prohibidos. Además, cuando los pasajeros abandonen la terminal, serán transportados en carros autónomos sin conductor y el check-in se realizará en terminales automáticas.


Changi recibe más de 55 millones de pasajeros anualmente, pero está teniendo grandes dificultades para encontrar mano de obra que se encargue de cargar equipajes o de preparar platos para el servicio de catering. Por eso, en Singapur ya trabajan en mecanizar estos procesos y echar mano de los robots y los avances tecnológicos.


Actualmente, se están realizando pruebas con vehículos autónomos que pueden recoger el equipaje del avión y dejarlo en la cinta transportadora en unos 10 minutos. El uso de este tipo de tecnología ha permitido incrementar la productividad en un 11% y los costes laborales consiguieron descender fuertemente.


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Por otra parte, el uso de cámaras y rayos láser servirá para guiar a los aviones hacia las puertas de embarque y a los vehículos sin necesidad de trabajadores. Asimismo, la torre de control inteligente ya es una realidad, ya que la empresa CAAS está utilizando esta tecnología en situaciones con poca visibilidad. Otros aeropuertos situados en Londres, Tokio y Rotterdam están usando vehículos autónomos de forma experimental para mecanizar algunos procesos.


Actualidad Laboral / Con información de Libre Mercado