Katarina Karmazinova se fue a Londres cuando tenía 24 años, para estudiar una maestría en negocios.

Oriunda de Eslovaquia, Katarina cuenta que se sintió atraída por el multiculturalismo de Reino Unido, así como también por la apertura de su sociedad.

Luego de graduarse en la Royal Holloway de la Universidad de Londres, decidió quedarse y buscar empleo. Incluso compró un apartamento.

Sin embargo, cuando Reino Unido votó a favor de dejar la Unión Europea en el referéndum de junio pasado, Karmazinova vendió su casa, renunció a su trabajo y abandonó el país en el que había vivido durante ocho años.

"Me entristeció que Reino Unido, una nación que siempre fue vista en Eslovaquia como un ejemplo de sociedad avanzada en lo cultural y político, se viese ahora fracturada", comenta.

"De repente, la mitad del país me mostró una cara distinta".

Migrando otra vez

Karmazinova no es la única extranjera que tiene esta sensación, luego del referendo que activó la salida de Reino Unido de la Unión Europea, un proceso que puede demorar dos años.

Muchos de los que emigraron a tierras británicas para construir una nueva vida se encuentran nuevamente frente a la decisión de migrar otra vez.

Para Karmazinova, el argumento que la hizo tomar la decisión de irse fue el espíritu que, para ella, se encuentra en el Brexit.

A otros los ha movido la preocupación por lo que pueda ocurrir con la economía británica y sus finanzas personales, así como también cuál será su estatus legal una vez que se materialice la salida de la comunidad europea.

Las reacciones de los profesionales de otras nacionalidades que trabajan en el país han sido diversas.

Están quienes decidieron esperar a ver qué pasa, los que regresaron a sus países de origen, los que se mudaron a otro país de la Unión Europea e incluso los que optaron por marcharse a otro continente.

De hecho, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas, la tasa de migrantes a Reino Unido cayó a 273.000 de enero a septiembre de 2016, es decir, 49.000 menos que en el mismo periodo del año anterior.

Sin embargo, aún es muy temprano para decir si este notable cambio se debió al Brexit.

Jeanne Batalova, analista senior del Instituto de Políticas Migratorias, con sede en Washington, opina que si se establecen límites que definan quién puede o no trabajar en Reino Unido, las personas simplemente comenzarán a empacar y mudarse del país.

"La migración tiene un impacto en la salud de la economía británica, por lo que es un elemento muy delicado como para realizar modificaciones", advierte.

Una preocupación creciente

Luego de procesar el impacto del Brexit, Marcin Czyza decidió montar una agencia de empleo que asesora a las personas en cómo conseguir un nuevo trabajo en otro país, en especial aquellos que estaban considerando mudarse de Reino Unido.

"Pensé que se había creado una oportunidad única, para sacarle provecho a la turbulencia política que se había producido", explicó Czyza.

Cerca del 90% de las 1.200 personas que se han registrado en la compañía de Czyza son extranjeros que viven en Reino Unido, y en su mayoría son de Alemania, Francia, Polonia, Italia, España y Portugal.

Czyza se encuentra trabajando en alianza con compañías en sectores como el financiero y tecnológico, donde hay mucho interés en contratar personas que provengan del mercado británico.

También hay fuga en otros países

Reino Unido no está solo. En Estados Unidos también ha crecido el interés en dejar el país, luego del triunfo electoral de Donald Trump.

Por qué tantos comparan el triunfo de Donald Trump con el Brexit

Batalova señala que en ambos países las políticas antimigratorias pueden ahuyentar a los profesionales, y una tasa de migración más baja puede tener un enorme impacto en sectores como agricultura, hotelerías, ventas al detal y medicina.

"Estos sectores se adaptarán con el tiempo. Pero en el corto plazo experimentarán una sacudida", explica.

"No puedes formar un doctor, un experto en física, una enfermera o un ingeniero de la noche a la mañana".

Evaluando opciones

Cuando Dariusz Truchel emigró de Polonia a Reino Unido en 2005, lo hizo con la idea de buscar "mejores oportunidades de trabajo".

Una vez que se asentó en las afueras de Londres, comenzó a trabajar como gerente de proyectos, y realizó cursos sobre salud y seguridad.

Eventualmente, terminó montando su propia compañía consultora en salud y seguridad. Incluso, compró una vivienda.

No obstante, luego del Brexit comenzó a sentirse pesimista y empezó a notar una actitud diferente en las personas que había votado por la salida de la Unión Europea.

"Es difícil de describir la atmósfera, porque nadie te lo dice en tu cara, pero hay una sensación de que uno es un huésped que no es bienvenido", comenta.

A sus 34 años, Truchel está pensando seriamente en dejar suelo británico.

Le gustaría regresar a Polonia o irse a un país al sureste de Europa. No ha descartado Alemania, Austria o Suiza, debido a que, en su opinión, los países de habla alemana "atraen más negocios".

"Creo que la economía británica va a sufrir por el Brexit, y no quiero quedarme a esperar que eso pase".

Lo que más temían

Para Alex, un rumano de 32 años quien prefirió no dar su nombre completo, Londres fue "la obvia elección" en 2014.

Había completado un MBA en Francia y evaluaba opciones en Londres, Berlín, Dubái y Singapur.

"Cuando se concretó una oportunidad en Londres, no lo pensé dos veces", comenta.

"Me gustaba la ciudad y la cultura laboral, porque había trabajado para gerentes ingleses en el pasado".

Todo parecía marchar sobre ruedas, hasta que vino el Brexit.

"Antes que eso ocurriera, me veía a mí mismo viviendo en Londres por un largo período", recuerda Alex.

Ahora, está buscando alternativas en ciudades como Dubái, Singapur y Hong Kong.

No quiero que mi hijo sea maltratado o discriminado. Con la reciente ola de odio hacia los migrantes, esa es una posibilidad real"

Su mayor preocupación no es qué va a pasar con la economía británica, sino con su familia, en particular su hijo más pequeño, a quien pronto le corresponde comenzar el preescolar.

"No quiero que mi hijo sea maltratado o discriminado. Con la reciente ola de odio hacia los migrantes, esa es una posibilidad real", aclara.

"Parte de la razón para venir a Reino Unido, fue darle a mi pequeño un buen punto de partida en su vida, en lo educativo y cultural".

El vecindario donde vive Alex se caracteriza por ser étnicamente muy diverso, y por eso todavía no se ha registrado ningún problema grande.

Sin embargo, Alex ha optado por dejar de mencionar el hecho de que es rumano.

Esperar

Karmazinova aún no ha decido dónde se establecerá.

De lo que sí está segura es que no será en Reino Unido, mientras permanezca fuera de la Unión Europea.

Para ella, lo más frustrante del Brexit fue que no pudo hacer otra cosa que esperar a ver cuál bando ganaría, ya que al ser extranjera no podía votar en el referendo.

"Pasé ocho años: estudiando, trabajando, pagando impuestos, gastando dinero en cafés, teatros y transporte. Compré un apartamento y lo vendí. Luego compré otro. Aprendí la jerga urbana de los británicos, comí platos típicos, fui a reuniones de la alcaldía, viajé en el metro, veía los noticieros locales… hasta que comencé a sentirme que formaba parte de la ciudad. Me convertí en una londinense", explica.

"Sin embargo, en ese momento solo podía sentarme a ver qué ocurriría".

Ahora está viendo nuevamente hacia el extranjero.

Actualidad Laboral / Con información de BBC