Un nuevo estudio llevado a cabo por un 'think tank' británico afirma trabajar menos horas a la semana puede ser la única solución para frenar el cambio climático y señala que el número de horas laborales de un empleado debería ser inferior a las 10 para poder acabar con el calentamiento global.



Según Autonomy, la empresa encargada del estudio, pone el ejemplo de Reino Unido, donde tendría que reducirse la jornada a 9 horas por semana para evitar que las actuales emisiones de dióxido de carbono amenacen el compromiso de los Acuerdos de París de 2015, es decir que no suba la temperatura global en más de 1,5 grados en el próximo siglo. Y esa es la versión optimista; en la pesimista, aún reduciendo las semanas a 9 horas de trabajo, el aumento se acercaría a los 2 grados.


El director de Autonomy, Will Stronge, explica que la investigación evidencia la necesidad de reducir las horas de trabajo como parte de los esfuerzos para afrontar la emergencia climática que vivimos: "Convertirse en una sociedad verde y sostenible requerirá de una serie de estrategias: una semana laboral más corta es solo una de ellas".


En este sentido, el informe se centra en las emisiones producidas por el sector industrial en cada economía, pero no tiene en cuenta otras ventajas medioambientales colaterales: desde reducir las horas de trabajo o menos desplazamientos con vehículos contaminantes, hasta menos producción y recursos utilizados.


Los experimentos en este sentido, además, demuestran que incluso se mejora la productividad: hace unos meses, la empresa neozelandesa Perpetual Guardian, que gestiona fideicomisos, testamentos y propiedades, redujo la jornada laboral de sus trabajadores de 40 a 32 horas, dejando que trabajasen solo de lunes a jueves, y sin tocarles el sueldo. El resultado fue que los 240 empleados rindieron más y, además, se mostraron felices por poder pasar más tiempos con sus familias, haciendo ejercicio, cocinando o trabajando en sus jardines.


"Además de mejorar el bienestar [del empleado], mejorar la igualdad de género y aumentar la productividad, abordar el cambio climático es otra razón convincente de que todos deberíamos trabajar menos", según Stronge, quien asegura que los avances tecnológicos y la emergencia climática implican que una semana laboral más corta ahora no solo es viable, sino esencial.


Actualidad Laboral / Con información de La Información