En el antiguo mundo laboral, tener un trabajo estable era estar en la cima. Si tenías un empleo donde eras querido y respetado y donde tu duro esfuerzo estaba recompensado, todo estaba hecho. Pero esos días se han ido. Ahora, un trabajo es solo un gancho. Nadie sabe cuánto tiempo va a durar o si mañana desaparecerá. Solo hay una persona que puede garantizarte seguridad en el trabajo, y esa persona eres tú. Una vez que sepas con claridad qué es aquello que resuelves en tu empresa y cuánto les cuesta que lo resuelvas, adquirirás más seguridad -garantía de ingresos- y, con ello, un contrato razonable. Para conseguir esto, necesitas fijarte en algo más que en el sueldo. Aquí hay cinco cosas que esperar de un trabajo perfecto:
Proyectos ambiciosos en los que trabajar
Tu profesionalidad no va a crecer haciendo siempre el mismo tipo de trabajo. Necesitas nuevos retos para mantener el crecimiento de tu mente y de tu currículum vitae. El trabajo correcto te da la oportunidad de ascender nuevas colinas. Si tu trabajo no te deja crecer, no te merece.
Personas inteligentes con las que aprender y colaborar
No hay nada peor que ser la persona más inteligente y más curiosa de tu equipo. Si no tienes personas a tu alrededor con las que barajar nuevas ideas, tu mente se atrofiará. El trabajo perfecto incluye un lugar donde las buenas ideas siempre están revoloteando alrededor.
Espacio para crecer
Si el trabajo que estás haciendo es todo lo que la empresa espera de ti, no hay forma de crecer. Si no ves un futuro más allá de tu asignación actual, entonces estás flotando sobre la nada. ¡Mereces más!
Latitud creativa
Cada trabajo bien diseñado tiene que permitir cierto margen para que la persona responsable deje su sello. Si no te dan esa latitud creativa, estás perdiendo tu talento. Evita que las políticas estrictas de tus empresas limiten tu creatividad y dinámica.
Respeto
El trabajo correcto te paga un sueldo marcado por tus esfuerzos y, más allá de eso, ofrece visibilidad y reconocimiento profesional. Si tu trabajo te obliga a disimular tu profesionalidad para complacer a las personas que están por encima de ti, entonces es un desperdicio de tiempo. Ya es bastante duro dar lo mejor de ti en el trabajo como para tener que soportar la falta de respeto y organización.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes