08-08-2017
El padre de la “exuberancia irracional” ataca de nuevo. Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de 1987 a 2006, advirtió en una entrevista concedida a Bloomberg TV que el mundo está siendo testigo de una nueva burbuja, esta vez en el mercado de bonos.
Hace prácticamente 21 años que Greenspan acuñó su famosa expresión. En el momento de aquel discurso, en diciembre de 1996, el índice S&P 500 había subido casi un 21% en el año. Tres años después, la burbuja de las puntocom explotó provocando caídas del 34% en el Dow Jones, del 47% en el S&P 500 y del 77% en el Nasdaq.
Ahora los inversores miran con miedo a los tres grandes índices de Wall Street, entre los que se ha convertido en costumbre batir jornada a jornada los máximos anuales. Sin embargo, para Greenspan el problema no está en el precio de las acciones, sino en el de la deuda.
“Bajo cualquier prisma, las tasas de interés reales a largo plazo están excesivamente bajas y, por lo tanto, son insostenibles. Cuando suban es probable que lo hagan rápidamente. Estamos viviendo una burbuja, no en las Bolsas sino en el precio de los bonos”, señaló el expresidente de la autoridad monetaria estadounidense, que añadió que el estallido de esta burbuja “no está descontado en los mercados”.
Hacia la estanflación
Para Greenspan, la economía estadounidense se está moviendo hacia una nueva fase: “Vamos hacia una estanflación desconocida desde los años 70. Es algo muy negativo para el precio de los activos”, comentó.
Si la inflación termina por repuntar con fuerza, pero sin crecimiento económico, los precios de los bonos podrían desplomarse.
“Se trata de un regreso a la época de Jimmy Carter en la Casa Blanca y de Paul Volcker al frente de la Fed. Un periodo en el que los tipos de interés en Estados Unidos se elevaron hasta el 20% y en el que el comportamiento de los activos, tanto Bolsa como deuda, fue realmente malo”, explican fuentes financieras.
Greenspan augura de esta forma el fin de más de 30 años de mercado alcista para los bonos, el fin a una tendencia que provocaría una fuerte sacudida en los mercados capaz de hacer temblar los cimientos tanto de la renta fija como de la renta variable.
Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios