Formar a un/a buen/a líder se ha convertido en una prioridad para muchas empresas que quieren destacar, en un mercado cada vez más competitivo y cambiante. Las organizaciones necesitan líderes que no solo sepan guiar a sus equipos, sino que también comprendan y se adapten a los constantes cambios tecnológicos y culturales.

Desde la plataforma digital El Salario Emocional explican que, para lograrlo, es fundamental que las empresas entiendan cuáles son las habilidades esenciales de un/a buen/a líder. Y, cómo pueden formar a sus profesionales en estas competencias.

Principales habilidades para convertirse en un/a buen líder:

- Inteligencia emocional.
- Escucha activa.
- Visión estratégica.
- Flexibilidad, adaptación y agilidad.
- Fomento de la creatividad e innovación en el equipo.
- Comunicación clara y eficaz.
- Resolución de conflictos.
- Capacidad de delegar y crear un ambiente de confianza.
- Inspirar y empoderar al equipo.

Cómo formar a los/as profesionales para convertirlos en líderes

En este sentido, el papel de las empresas es fundamental para crear programas, acciones y estrategias que fomenten el desarrollo de estas habilidades en sus profesionales. Algunas de estas prácticas son:

Capacitación y mentoría



Poner en marcha programas de capacitación enfocados en trabajar las habilidades de liderazgo, es una forma muy efectiva de formar a los/as futuros líderes. Las mentorías permiten que los empleados/as aprendan de la experiencia y, aprendizajes de otros líderes consolidados/as.

Formación en inteligencia emocional y comunicación

Invertir en talleres de inteligencia emocional y comunicación ayuda a los/as profesionales, a desarrollar habilidades interpersonales esenciales. Este tipo de formación suele incluir ejercicios de autoconocimiento, técnicas para gestionar el estrés y habilidades que facilitan la creación de un ambiente de trabajo positivo.

Cultura de innovación y aprendizaje continuo

Las empresas deben fomentar la creación de una cultura organizacional que valore el aprendizaje continuo y la innovación. Esto pasa por motivar a los empleados/as a poner en práctica, ideas creativas y no tener miedo al error. Los líderes innovadores y adaptables surgen en ambientes donde se incentiva la experimentación y el crecimiento personal.

Afrontar retos y nuevos proyectos



Los líderes también se forman enfrentando desafíos y resolviendo problemas complejos. Por ello, una práctica que puede ser muy útil, es asignar a los empleados/as proyectos de alto impacto; que requieran tomar decisiones estratégicas. Estos proyectos no solo aportan experiencia práctica, sino que también les permiten perfeccionar sus capacidades de liderazgo.

Formar a un/a buen/a líder requiere de un enfoque integral, que combine habilidades emocionales y técnicas, adaptabilidad y una visión estratégica. Y en este sentido, las empresas juegan un papel fundamental para lograrlo.

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