"Vamos a rechazar cualquier capítulo del proyecto que tenga que ver con modificar la ley de contrato de trabajo (LCT). El único cambio que avalamos en la legislación es el aumento de la licencia de paternidad", dijo ayer a La Nación Juan Carlos Schmid, uno de los integrantes del triunvirato de mando.
La postura de la CGT podría hacer tambalear el proyecto oficial, ya que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, considera indispensable modificar la legislación actual para avanzar en su plan de reducir costos laborales para ganar competitividad.
Los puntos del proyecto que más resistencia generan en la CGT son los siguientes:
-La intención oficial de reducir el cálculo para el pago de las indemnizaciones. Se pretende eliminar del cómputo el aguinaldo, horas extras, comisiones, premios y todo otro rubro que no tenga periodicidad mensual. Consideran los gremios que será un motivo para que aumenten los despidos, ya que serían "más baratos". Además rechazan que la posibilidad de iniciar demandas por despido, que hoy prescribe a los dos años, caduque a los 365 días.
-La modificación del artículo 4 de la ley de contrato de trabajo para establecer un "valor social compartido" e igualar los derechos y las obligaciones del empleador y del empleado.
-La creación de la figura del "trabajador autónomo económicamente dependiente" (una figura bastante parecida a la que se creó en la reforma brasileña), que preste servicios personales para una empresa o persona física en hasta un 80% de sus ingresos anuales, excluyéndolo del régimen del contrato de trabajo y remitiendo a una regulación estatutaria especial.
-La exclusión del régimen del contrato de trabajo de los "trabajadores independientes y sus trabajadores independientes colaboradores", creando una zona de exclusión de la ley laboral para quienes trabajen para otros.
-La creación de un "Banco de horas", que se establecerá mediante los convenios colectivos de trabajo, por el cual el cómputo de la jornada máxima, diaria o semanal pasa a ser anual, permitiendo compensar los excesos de jornada a lo largo de un año y sin pago de recargo por horas extraordinarias. Hay reparos sindicales, además, al aumento de la jornada diaria, que podría subir de 8 a 10 horas.
-La flexibilización del criterio de "ius variandi", que prohíbe la modificación unilateral de las condiciones de trabajo del empleado.
-Se facilita la tercerización y subcontratación, un punto que generó rechazos, sobre todo, de Hugo Moyano, que podría ver amenazado su caudal de afiliados en actividades secundarias a la del chofer de camiones. Pablo Moyano no asistirá hoy a la reunión de la CGT porque está en Roma, donde ayer tuvo un breve encuentro con el papa Francisco.
El triunvirato de mando de la CGT le recriminó a Triaca y a Mario Quintana cierta traición. Los sindicalistas argumentaron que en las charlas preliminares con los funcionarios se habría convenido avanzar en una reforma de manera sectorial, sin "tocar" la legislación.
Los gremios, sin embargo, no están dispuestos a un rechazo generalizado del proyecto oficial. Avalarán el proyecto de blanqueo laboral, que otorga facilidades y beneficios para los empresarios que regularicen a sus empleados. También la ampliación de las licencias por paternidad de dos a 15 días. Y surgen todavía dudas sobre el regreso de las pasantías.
Gobernadores y legisladores del PJ advirtieron que definirán su postura ante el proyecto de reforma laboral en el Congreso de acuerdo a lo que opinen los gremios. La semana que viene un grupo de mandatarios provinciales visitará la CGT.