Incrementos de salarios en economías con inflación acelerada no siempre logran preservar el poder de compra de todos los trabajadores. La negociación entre empleadores y empleados, cuando la hay, no siempre logra frenar el deterioro en la calidad de vida de los asalariados, aunque pueda disminuir la capacidad de empresas y gobiernos para acometer nuevos proyectos o incluso continuar con todos los previstos.
En este contexto, mayores salarios no pueden detener la caída en la productividad de trabajadores que, simultáneamente, ven reducirse su ingreso real y su interacción con factores de producción de los que dependen sus resultados. La situación empeora si el gobierno no presupuesta sus propios pagos laborales, impone rígidos controles de precios y de cambios a empresas públicas y privadas, prohíbe la interrupción de contratos e interviene unilateralmente en la distribución de insumos importados y bienes producidos. En este caso, coexisten mercados controlados y mercados negros, ocurriendo arbitrajes de precios incluso con participación de trabajadores asalariados, algunos de los cuales podrían abandonar por completo el salario como remuneración.
Como las actividades defensivas de sindicatos y trabajadores no logran proteger a todos de la inflación, la defensa de la calidad de vida requiere de otros esfuerzos. Más que aumentar salarios, debe detenerse la inflación. Y no puede detenérsele invocando una “guerra económica” y desconociendo la importancia de la información oficial para los presupuestos de empresas y las negociaciones salariales.
En Venezuela DolarToday.com ha sustituido al BCV como proveedor de información diaria. Sin otros mecanismos de coordinación, una cifra construida a partir de múltiples distorsiones acaba siendo marcador de precios y expectativas. Sin tener en cuenta sus determinantes, nada puede hacerse para revertir su tendencia. Y aun revirtiendo el incremento del marcador, lo que es perfectamente posible (
http://elucabista.com/2015/07/07/como-bajar-el-dolar-cucuta/), no se corregirían sin más los defectos acumulados en nuestra economía.
Sin políticas fiscales y monetarias consistentes no puede haber ningún régimen cambiario estable. Sin generación y aplicación de innovaciones no puede haber mejoras en la productividad ni aumento en las exportaciones. Sin reglas claras y creíbles no pueden surgir nuevas empresas empleadoras. Sin estos requisitos, ni la LOTTT, ni el control obrero, ni las huelgas, ni mayores salarios nominales podrán frenar la caída del ingreso real de muchos trabajadores, de su productividad actual y de sus capacidades futuras.
Ronald Balza Guanipa / Economista