“Se mide la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar”.
Immanuel Kant
Para la mayoría de nosotros, adultos con responsabilidades familiares y organizacionales, la sensación de control sobre todos los aspectos que nos rodean, se ha convertido en una necesidad casi obsesiva especialmente para quienes tienen poca tolerancia a la incertidumbre, definida como la falta de seguridad o confianza sobre algo del futuro que nos importa y nos genera inquietud y nerviosismo ante la vida.
Así que, a causa de esa incertidumbre, pasamos la mayor parte del tiempo preocupándonos sobre el futuro; anticipando acontecimientos que no sabemos si ocurrirán o no. De esta forma solo conseguimos aumentar nuestro nivel de estrés y dejamos de ser conscientes del presente. Así pues, la anticipación del futuro nos lleva a una excesiva preocupación sobre un suceso del que no tenemos ninguna certeza de que ocurra, creándonos mucho estrés y este estrés luego se convierte en ansiedad.
El problema de esta situación de incertidumbre es que olvidamos centrarnos en lo realmente importante, lo que está sucediendo a nuestro alrededor en estos momentos.
En estados emocionales equilibrados, preocuparse por el futuro es una manera de contrarrestar la incertidumbre. La planificación de los eventos futuros nos brinda sensación de certeza y nos ayuda a mantener nuestros asuntos en orden, respondiendo a un plan anticipado que nos permita actuar con cierta holgura, preparándonos para esos posibles acontecimientos que, en el caso de que ocurran, podamos manejarlos de la mejor manera posible, basados en las estrategias establecidas.
Ahora bien, Cuando una situación nos moviliza de nuestra zona segura, cuando avistamos que no hay una respuesta a lo que estamos experimentando, ¿cómo lidiamos con esto?
Si bien es cierto que no hay una fórmula mágica para avanzar en tiempos de incertidumbre, en Addhara estamos convencidas de que con práctica y voluntad, podemos mantenernos en el momento presente y gestionar de manera más asertiva las emociones que se disparan al perder el control de las situaciones que nos rodean. A continuación compartimos algunas ideas para comenzar la practica aquí y ahora:
Practiquemos la aceptación
Acepta la incertidumbre, es decir, acepta que hay algunas situaciones sobre las que no tienes ni tendrás control. En su lugar, permite que la situación fluya tal cual es y evita resistirte a ella. Aceptar no significa que te guste, pero sí es necesario que ese proceso ocurra en tu mente para que puedas comprender qué está pasando y llegado el momento, puedas encontrar recursos para poder gestionarla de la mejor manera posible. No te desanimes si no logras aceptar todo de una sola vez, aceptar requiere practica, es como manejar bicicleta, al principio nos cuesta y puede que caigamos unas cuantas veces, pero como el tiempo logramos dominarla.
Es importante diferenciar entre resignación y aceptación. La resignación sería el lado más negativo de la aceptación. Significa que no te gusta la situación y haces nada para cambiarla. La vives de una manera negativa. En cambio, la aceptación permite que te encamines hacia tus objetivos en vez de que te quedes estancado pensando en cómo te gustaría que fueran las cosas.
Practica la flexibilidad
Ser flexibles es una destreza evolutiva que nos permite adaptarnos al entorno cambiante, es sin duda alguna una habilidad imperativa de la evolución. Cuando somos flexibles, nos damos permiso para innovar y desarrollar soluciones a los problemas que se nos presentan en tiempos de incertidumbre y así ajustarnos a los sucesos inesperados sin presión.
Practica el aquí y ahora
Comienza con algo tan sencillo como darte cuenta de cómo cambia tu respiración ante diferentes estímulos, cuando se acelera, cuando se hace más corta, frente a cuáles situaciones puedes respirar profundamente. Luego puedes ir escalando con cosas o situaciones más grandes o elevadas como la felicidad. Una actitud positiva minuto a minuto, puede ayudarte y ayudar a otros a calmar la mente en momentos donde la incertidumbre parece cerrar los caminos para seguir adelante.
Un buen ejercicio para hacer al final del día es un diario de gratitud, en el que anotes de tres hasta un total de diez cosas positivas que te hayan hecho sentir bien durante el día. Te reforzará la autoestima y aumentará tu motivación permitiéndote enfrentar las situaciones, responsabilidades, tareas… con más ganas y seguridad.
Practica alguna técnica de meditación
La meditación o es una buena herramienta para entrenar la consciencia sobre nuestras emociones, sentimientos y pensamientos del aquí y ahora. Además, nos ayuda a gestionar con más amabilidad las situaciones del día a día. No pretendo con esto llevarte a un estado catatónico ni con la mente en blanco, por el contrario, el mindfulness o atención plena es un ancla al momento presente cuando nuestra mente divaga por los eventos o situaciones del futuro y dejarlas ir. Aquí pueden iniciar tu práctica meditando un minuto.
Practica la conversación asertiva
Compartir con otros lo que nos sucede puede ser también una excelente estrategia para soltar y dejar ir lo que no podemos resolver. Encuentra la persona apropiada para compartir lo que te inquieta, “poner afuera” lo que te incomoda, lo que no puedes manejar, es un poderoso ejercicio para darnos la oportunidad de mirarlos desde una perspectiva diferente y así encontrar caminos diferentes para transitar la situación o incluso resolver un problema.
En Addhara Bienestar Corporativo estamos abriendo espacios para hablar de la incertidumbre, trabajar de manera asertiva en cómo encontrar rutas alternas y cómo acompañar a nuestra gente para que puedan gestionarSE con más habilidad, avanzando en estos tiempos de incertidumbre.
Mariángel Paolini / Addhara Bienestar Corporativo