Seis años tiene en el mercado venezolano Á
vila Burger y ya cuenta con ocho establecimientos abiertos y uno en desarrollo.
Alrededor de 7 mil hamburguesas al mes venden en promedio todos estos restaurantes. La demanda superó las expectativas de sus creadores. Es algo que se pone de manifiesto en las filas de clientes esperando por una mesa, que suelen verse a las puertas de estos locales.
No queda duda del éxito de esta marca venezolana, que actualmente se plantea llegar a todo el país. Ya es una franquicia, y próximamente estará en Puerto Ordaz, Puerto La Cruz, Mérida y Valencia. Carlos Cirigliano, socio de Á
vila Burger atribuye el desarrollo del negocio al cariño y la dedicación que le ponen sus cinco socios originales y los distintos socios operadores que se han ido sumando hasta ahora. “La familia es lo más importante, pero como negocio, como plan de vida, Á
vila Burger se convirtió en el plan de vida de nosotros”, dice.
El origen de este negocio fue Á
vila Grill, una concesión para la venta de hamburguesas en el área de la piscina del Hotel Ávila en Caracas, que inició en el año 2008. Allí se estrenó el concepto de hamburguesas gourmet con nombres de espacios del cerro El Ávila, y con la combinación de sabores e ingredientes que se mantiene hasta ahora.
“Como estábamos en el Hotel Ávila y nos encantaba a gran parte de los socios en ese momento ir al Ávila, nos parecía genial tener algo asociado al cerro, que a uno le gustase y que de paso te lo comieras, por ahí salió la idea”, recuerda Carolina Fuentes, socia fundadora de esta cadena de restaurantes, quien destaca que la idea era hacer algo diferente.
En enero de 2008 abre el primer establecimiento Á
vila Burger en la Cuadra Gastronómica y Creativa en Los Palos Grandes, en Caracas. Allí estrenaron el diseño del gráfico y agregaron nuevas hamburguesas al menú. Casi año y medio después, en abril de 2012, abrió el segundo establecimiento de la marca en el Centro Comercial Paseo El Hatillo. En abril del mismo año empezó a funcionar el tercer restaurante en el Centro Comercial Tolón, y en diciembre, abrió sus puertas el establecimiento más grande, ubicado en la Castellana. En enero de 2013 inicia actividades el local de Valle Arriba, y en agosto del mismo año el de Manzanares. En diciembre de 2013 la marca sale de Caracas y se abren restaurantes en Maracay y Guatire.
Cada restaurante genera en promedio 30 empleos directos, a excepción del de la Castellana que genera 45.
Uno de los aspectos que según sus creadores ha incidido en el éxito y la demanda de Á
vila Burger, es que constituye una opción para quienes quieren pasar un rato distinto sin gastar mucho dinero: “Yo creo que hay un poco de conciencia de nosotros en esa relación precio-calidad, para tratar de mantener siempre el valor del producto, que la gente siempre diga: fui, me sentí satisfecho con lo que comí, me sentí satisfecho con lo que pagué”, dice Cirigliano.
También han cuidado la atención a las demandas específicas de los clientes. “La idea es que tú puedas pedir la hamburguesa como a ti se te antoje, que ahí nosotros te podamos consentir, incluso cambiar el pan, la carne, lo que tú quieras”, sostiene Carolina Fuentes.
Carlos Cirigliano reconoce que Á
vila Burger tiene una muy buena competencia en el país, pero destaca que las dificultades económicas han generado para esta marca una oportunidad. “En el exterior hay una competencia fuerte, la crisis que se ha generado en Venezuela ha hecho que otras marcas no piensen en venir, entonces eso nos ha dado la oportunidad de desarrollarnos”, manifiesta.
A mediano plazo, Á
vila Burger no solo tiene previsto ampliar el número de establecimientos, sino también incluir nuevas hamburguesas en el menú.
Actualidad Laboral/ JM