“¿Sabes lo nota que es poder decir: me voy a combinar esto con esto, como quieras, o evitarte planchar en la cama en la mañanita?”.
De esta manera ilustra Simón Milá de la Roca, fundador de la franquicia Bien Planchao, parte de la comodidad que ofrece su servicio al ocuparse de esta tarea doméstica.
Se trata de la primera franquicia de planchado de ropa en Venezuela y en Iberoamérica. Tiene más de una década de operaciones, y ya cuenta con nueve agencias en el país, en ciudades como Barinas, Maracaibo, Maturín y Puerto Ordaz. Próximamente abrirá en San Cristóbal y en Valencia. Además tiene presencia en Panamá y trabaja para incursionar en México y en Brasil.
Su propósito es atender un mercado distinto al de las tintorerías: el del planchado de ropa de uso diario y común, como franelas, pantalones, camisas y jeans, esas que las personas pueden lavar en su casa, pero que alisarlas les resulta tedioso. “En ese mercado nuestra competencia no es la tintorería sino la señora de servicio”, dice el fundador de empresa.
Simón Milá de la Roca, asegura que la demanda del servicio de esta franquicia ha crecido a razón de 15% por año.
Bien Planchao operó bajo el modelo de franquicia desde su nacimiento en 2003. La idea surgió a partir del cese de operaciones de una empresa propiedad de Milá de la Roca. En ese momento uno de sus empleados de confianza, Alirio Borges, le propuso crear esta compañía dedicada exclusivamente a prestar el servicio de planchado. Se convierten en socios e inician el desarrollo de esta iniciativa.
“De ahí en adelante comenzamos a probar el prototipo de modelo de negocios.Nosotros no sabíamos planchar ropa, aprendimos a planchar. Nosotros mismos éramos los choferes, planchadores, ayudantes, despachadores, todo”, recuerda Simón Mila de la Roca.
Simón Milá de la Roca y Alirio Borges, fundadores de Bien Planchao
Al empezar ya contaban con los manuales de operación y con el registro de la marca, pero se tomaron un par de años para explorar el mercado y entender lo que querían y necesitaban las personas, para luego iniciar la expansión.
Tecnología propia para ahorrar costos
Una de las dificultades que enfrentaron estos empresarios al momento de la expansión de la marca, fue la falta de recursos para adquirir todos los equipos de planchado que requerían para los distintos establecimientos. Es así como Simón Mila de la Roca, le planteó a Alirio Borges, quién es mecánico industrial, que se ocupara del diseño y elaboración de estos instrumentos. La idea era contar con equipos de bajo costo, que además les permitieran tener un pronto retorno de la inversión. “Eran unos equipos artesanales horribles, hechos para resolver la situación, pero empezamos a trabajar con eso (…) Luego fuimos recuperándonos económicamente y fuimos reinvirtiendo e hicimos equipos bonitos”, relata el fundador de la empresa.
Una nueva meta: promover emprendedores populares
Los fundadores de Bien Planchao, decidieron incluir una variante a esta franquicia y llevar el concepto original a distintos sectores populares del país, esta vez dirigido a los planchadores, con la idea de convertirlos emprendedores. “Van a ser locales anexos a sus casas, nosotros igual vamos a hacer las adecuaciones del local, lo estamos desarrollando en este momento”, dice Simón Milá de la Roca, al anunciar que las pruebas pilotos se realizarán en Antímano y Petare, en la Gran Caracas, este mismo año.
Estos emprendedores populares deberán hacer una inversión para adquirir la franquicia, pero los creadores de la marca aseguran que se tratará de una franquicia de bajo costo. “Son adecuaciones básicas, es poner un local bonito, sin lujo, muy funcional y siempre prensando en el pronto retorno de la inversión para la planchadora del sector popular”, dice el empresario.
Asegura que esta iniciativa no sólo busca obtener rentabilidad, sino también ofrecer oportunidades a quienes habitan en los sectores populares para que puedan mantenerse y emprender. Para esto los ayudarán a formalizarse de manera que puedan cumplir con todos los requisitos administrativos y pagar impuestos.
“Sí queremos ganar dinero (…) pero que no sea sólo para el lado de nosotros, que cumplamos con un tema de responsabilidad social, de responsabilidad personal, adquirir un compromiso con la gente, meterle el hombro al país, meterle la mano al país (… ) Queremos que esto de alguna forma sea como un pequeño salvavidas, es un granito de arena”, dice Simón Milá de la Roca.