Quienes sufren de catatonia* suelen estar dados a inmovilizarse ante la toma de decisiones cuyas consecuencias le resultan imprevisibles. Visto así, la negativa del gobierno a tomar medidas de índole económica que reviertan la catástrofe hiperinflacionaria en que sus políticas están lenta pero irremisiblemente sumergiendo al país, podría tipificarse como un caso de catatonia aguda.
Y es que no se comprende, y el mundo observa perplejo, como desde el fallecimiento del Presidente Chávez, quienes tienen la responsabilidad de tomar las medidas económicas correctas, se abstienen de hacerlo dejando que las variables se deterioren ad infinitum. Ya se proyecta una contracción económica de 8% para 2015 después de una de 4% en 2014, la moneda se pulveriza (2,730 % de depreciación del cambio libre desde que murió el Comandante hace 30 meses), y una escasez cada vez peor, que es imposible revertir mientras los precios relativos entre nosotros y nuestros vecinos sigan aumentando a niveles ridículamente astronómicos.
Por otra parte, el estupor mental con momentos de gran agitación que caracterizan esta condición catatónica, se evidencian en absurdas acusaciones de guerras económicas, existentes solamente en la mente de quienes las pregonan, y desvaríos de soluciones irreales como pensar que si cada quien siembra su semillita nos vamos a volver autosuficientes en frijoles, caraotas y garbanzos, o que el Estado Bolívar será Potencia con sus industrias maltrechas e improductivas como están.
El problema que ahora confronta el país es que la distancia entre la catatonia y la realidad ya es tal, que las medidas de medias tintas que se atrevan a tomar, como una unificación temerosa de los cambios controlados acompañada de una flotación insostenible de cambio libre, probablemente tengan el mismo resultado que aplicarle una curita a una hemorragia.
Las medidas mínimas que se requieren han sido ampliamente explicadas por economistas, empresarios, y hasta gremios laborales. Por su tenor requerirán de acuerdo político entre gobierno y oposición en primer término, y con empresarios, trabajadores, e inversionistas, pero por mucho que sea su costo, este nunca será mayor al que han producido 30 meses de inmovilismo total.
*DRAE; Catatonia: f. Psicol. Síndrome esquizofrénico, con rigidez muscular y estupor mental, algunas veces acompañado de una gran excitación.
Aurelio F. Concheso / Ingeniero
@aconcheso