La crisis del coronavirus ha dejado sin trabajo a cerca del 12% de los europeos que estaban contratados en el Reino Unido, un impacto que puede llevar a la salida de miles de comunitarios del país y consolidar tendencias migratorias que puso en marcha el Brexit.
Las medidas de confinamiento contra la pandemia han afectado especialmente a la hostelería, un sector en el que hasta una cuarta parte de los empleados provienen de la Unión Europea (UE) y que vio cómo su actividad se desplomaba 86.7% entre abril y junio.
En ese trimestre, 284.000 de los 2.34 millones de europeos que trabajaban en el Reino Unido han perdido su empleo, según la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS), y muchos de ellos pueden haber decidido regresar a sus países de origen.
“Los datos sugieren que la mayoría de ellos han abandonado el Reino Unido. No ha habido un incremento en las cifras de desempleo (búsqueda activa) ni de inactividad en ese grupo, así que, en su mayor parte, ya no están aquí”, afirmó el economista del King’s College London Jonathan Portes.
Qué está ocurriendo con la migración
El Brexit ha frenado el flujo de europeos que deciden asentarse en el Reino Unido y ha incrementado, aunque de forma más moderada, el número de comunitarios que abandonan el país. La crisis del coronavirus puede impulsar aún más ambas tendencias.
“La inmigración desde los 27 países de la UE hacia al Reino Unido ha caído de forma muy pronunciada desde el referéndum del Brexit (2016), en aproximadamente tres cuartas partes. Esto es diferente, se trata de grandes cantidades de personas que ya están viviendo en el Reino Unido”, subraya Portes.
Lo que se espera de la ley de inmigración
A partir del próximo 31 de diciembre, el Reino Unido romperá definitivamente sus lazos con la UE y terminará la libre circulación de ciudadanos entre ambos lados del canal de la Mancha.
La ley de inmigración que prepara el Gobierno del primer ministro, Boris Johnson, establecerá un sistema de puntos que permitirá cribar a los comunitarios según las necesidades del mercado laboral y otros factores.
Según el Observatorio de la Inmigración de la Universidad de Oxford, la legislación puede permitir recortar en torno a un 70% el número de europeos que se establecen en el país con intención de quedarse a largo plazo, lo que equivale a una horquilla de entre 60,000 y 80,000 llegadas menos al año.
Al mismo tiempo, el Ejecutivo planea reducir las exigencias de entrada a las extranjeros no comunitarios y rebajar los límites salariales que se les exigen hasta ahora para optar a un permiso de trabajo, lo que puede incrementar en hasta 30,000 personas los inmigrantes de fuera de la UE que se establecen al año en el Reino Unido.
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