Perder el empleo es una experiencia difícil en cualquier etapa de la vida, pero a los 50 años plantea desafíos específicos.
Incluso los especialistas aseguran que no tiene por qué ser un obstáculo insalvable e insisten en que con la estrategia adecuada y una actitud proactiva, esta etapa puede transformarse en una oportunidad para redescubrir talentos y construir un futuro laboral más sólido.
Silvana Vattimo (MN 48082), psicóloga y directora en SCI Comunidad, esta situación puede desencadenar sentimientos de desvalorización, frustración y pérdida de confianza. Además, los prejuicios en los procesos de selección pueden reducir las oportunidades de reinserción laboral, aumentando el impacto emocional.
En esta etapa, las personas suelen enfrentarse a un “efecto mecha corta”: perciben que tienen menos tiempo para reinsertarse en el mercado laboral, lo que eleva la presión y puede conducir a la desmotivación.
El impacto emocional del desempleo
Desde una perspectiva psicológica, el desempleo puede alterar profundamente el bienestar de una persona. “Es uno de los eventos más estresantes en la vida”, explica Vattimo. Los efectos incluyen:
Estos factores, a su vez, afectan la capacidad de proyectarse a futuro y buscar oportunidades de manera activa.
La ecuación de la empleabilidad
Para revertir este ciclo de frustración, Vattimo propone una fórmula basada en la de Víctor Küppers, doctor en Humanidades: (C + E + H) x A = Empleabilidad.
C = Conocimientos.
E = Experiencias.
H = Habilidades.
A = Actitud personal.
“Por más sólida que sea la suma de conocimientos, experiencias y habilidades, sin actitud, el valor de la ecuación se reduce a cero”, enfatiza la psicóloga.
Estrategias para potenciar la empleabilidad a los 50
Construir una marca personal: mantener actualizados los logros y habilidades en redes profesionales como LinkedIn.
Invertir en capacitación continua: los cursos online pueden actualizar las competencias técnicas y demostrar adaptabilidad.
Redes de contacto: ampliar las relaciones profesionales participando en eventos o comunidades del sector.
Trabajar en la actitud: proyectar confianza y entusiasmo en las entrevistas; la energía positiva es clave.
El rol de las empresas en el cambio de paradigma
Cada vez más empresas están adoptando políticas de diversidad, valorando las experiencias y habilidades que aportan las distintas generaciones. Sin embargo, aún hay camino por recorrer.
Según Vattimo, la clave está en fomentar entornos donde la edad no sea un criterio excluyente, sino un factor que sume valor.
Muchas compañías, incluso, comenzaron a virar sus modelos de talento, valorizando la diversidad y el aporte que las diferentes generaciones pueden volcar a los equipos. Es por eso que la variable edad y género ha dejado de ser requisito excluyente en algunos casos.
“Entender que hay diferentes formatos de trabajo y requerimientos de habilidades abre el juego para atender al valor diferencial que pueden ofrecer personas de diferentes grupos etarios y apoyar la mirada de reconocimiento a las trayectorias y experiencias de vida”, advierte la especialista.
Actualidad Laboral / Con información de La Voz Argentina