El mansplaining es una de las prácticas machistas, puesto que son los hombres los que suelen tener aires de suficiencia frente a las mujeres, especialmente en el lugar de trabajo, y por ello las tratan con condescendencia al explicarle las cosas, como si ellas no las supieran.


Pero aunque por definición sea un hombre ("man"-splaining, un juego de palabras entre "hombre" y "explicar" en inglés) el que actúa como el sabelotodo, los comportamientos asociados a esta práctica no se limitan solo al género masculino.


"Es un fenómeno psicológico común, y las mujeres también lo hacen", explica a Business Insider Sian Beilock, científica cognitiva y primera mujer presidenta electa del Dartmouth College.


Independientemente de quién lo haga, el quid de la cuestión es el egocentrismo innato, según Beilock. El ser humano tiende a procesar toda la información que escucha desde su propia perspectiva, y el mansplaining se produce cuando se expresa en voz alta, intencionadamente o no, sin "tener en cuenta los conocimientos de los demás" o "lo que han experimentado", asegura la experta.


Sería como si yo, que pertenezco a la generación X, expusiera el fenómeno cultural de TikTok a mi compañero de la generación Z que cubre la economía de los influencers. Este es un ejemplo tonto, pero hay comportamientos más insidiosos.


Los estudios sugieren que el mansplaining es más que una mera actitud en el lugar de trabajo. En realidad, puede tener graves consecuencias tanto para las empresas como para las carreras profesionales de quienes lo practican.


A nivel organizativo, esta actitud condescendiente de algunos perjudica la toma de decisiones al frenar la creatividad y la innovación. Y desde un punto de vista individual, el hecho de que se cuestione la competencia de alguien recurrentemente merma la satisfacción, la confianza y el compromiso del resto de compañeros que querrán desvincularse de cierta manera de esa persona.


"Las mejores ideas surgen cuando sientes que puedes desafiar lo establecido y cometer errores", afirma Beilock. "Cuando sientes que te van a juzgar, no puedes asumir riesgos. Por eso el objetivo es crear un ambiente donde la gente pueda desarrollar un sentido de pertenencia y de que es escuchada."


Los expertos consultados por Business Insider han dado algunos consejos sobre cómo los jefes y los trabajadores pueden hacer frente a los comportamientos de mansplaining en la oficina.


Gestionar el mansplaining es complicado


Si en tu equipo hay un mansplainer y tú eres quien está al mando, tienes la responsabilidad de tomar medidas efectivas para que esas actitudes dejen de darse. "Los jefes deben validar las experiencias, perspectivas y conocimientos de los demás", afirma Beilock, frente a los que queriendo o sin querer minan la moral del equipo.


Por eso, los líderes deben comunicar con regularidad lo importante que es recibir el feedback y las valoraciones de todos los miembros del equipo. "Los jefes deben reconocer que no tienen todas las respuestas y hacer hincapié en que no pasa nada por cometer errores", asegura.


"No se obtendrán los mejores resultados si no hay vías para cuestionar de forma sana las ideas convencionales y asumir riesgos".


Stephanie Heath, fundadora de SoulWork & Six Figures, que ofrece orientación profesional a mujeres en el sector tecnológico, recomienda hablar con el infractor cara a cara. No acuses. Más bien, sugiere la experta, haz preguntas como: "¿Cómo ves el ambiente de trabajo?" y "¿cómo te sientes con los compañeros del equipo?".


Los infractores suelen ser ajenos a la realidad del problema, explica a Business Insider la orientadora profesional. "Lo más probable es que piensen que están ayudando a la persona a la que se dirigen o simplemente son terribles comunicándose".


Para lidiar con esta clase de personas de forma indirecta, Heath sugiere compartir las observaciones propias sobre las reuniones e interacciones del equipo. "Habla de las credenciales de tus colegas. Di algo como 'Miguel, sé que te apasiona X, ¿sabías que Julia y Susana estudiaron X y que ya han trabajado en este campo?'", afirma la experta.


"Asume una intención positiva y fomenta el autoexamen", añade. "Quizás si una persona lleva hablando más de 15 minutos, puedes interrumpirle amablemente y pedirle que sea consciente de que la reunión está siendo un monólogo en vez de un intercambio de ideas, y que es necesario que el resto también se exprese".


La clave ante esta clase de actitudes es tener paciencia. Puede que la persona con la que lidias no cambie de forma inmediata si ya se ha hablado con él. Y si el mansplaining continúa, la responsabilidad del jefe es ponerle fin en tiempo real. "Como líder, tienes que responsabilizarte de la salud mental y la seguridad de las personas a las que diriges. Es tu trabajo", insiste Heath.


Conoce a tu mansplainer habitual


Anita Williams Woolley, profesora de Comportamiento Organizacional en la Escuela de Negocios Tepper de Carnegie Mellon, explica a Business Insider que si una persona es el blanco habitual de los mansplaining y no es el jefe, la situación puede ser más complicada de manejar.


La estrategia para tratar con este comportamiento dependerá de la situación. Si el mansplainer es un compañero con el que se mantienen reuniones periódicas, Woolley sugiere avisar a otros miembros del equipo como aliados, para que estén atentos.


"Necesitas a alguien que pueda ayudarte diciendo, por ejemplo, 'en realidad, Julia sabe mucho sobre esto. Vamos a escucharla'", explica.


Sin un aliado, puede ser difícil poner fin al mansplaining cuando está ocurriendo, afirma Woolley. Quizás el remedio más eficaz es invitar a la persona que te trata con condescendencia a tomar un café y mantener una conversación informal para que conozca tus habilidades y tu conocimiento.


Hacer un ejercicio de humildad no merece la pena: los estudios demuestran que eso no funciona. En lugar de eso, habla de quién eres y de lo que sabes.


"Asegúrate de que entienden lo que aportas", afirma.


Actualidad Laboral / Con información de Business Insider