Trabajar desde casa requiere mantener la disciplina, la organización y la diligencia hasta en tiempos líquidos, cuando más difícil es mantenerse motivado a largo plazo.
La motivación se desvanece y sólo queda entonces tener rutinas efectivas, que te lleven a alcanzar tu objetivo de forma natural. Es decir, crear una serie de hábitos que incluso en los días más duros de trabajo consigas cumplir.
Estos son algunos trucos que te ayudarán a mantener una disciplina con tus rutinas trabajando desde casa.
Pregúntate cada mañana cuál es tu principal objetivo
Organizar las tareas según su peso, el tiempo que te llevan o sus resultados es crucial para mantener la mente centrada en lo que tiene que hacer en cada momento.
Lo ideal sería que te repartieses el trabajo de la semana con anterioridad. O preguntarte cada día cuál es el principal objetivo de tu jornada laboral. No obstante, reserva siempre tiempo para los imprevistos. No comprometas todo tu tiempo.
Elimina todo tipo de distracciones
Así como tienes muy claro que es lo que tienes que hacer cada día, deberías tener más claro aún qué es lo que no debe robarte tu tiempo de trabajo.
El teléfono móvil, por ejemplo, puede ser un agujero negro de distracciones. Si es tu principal herramienta de trabajo, lo que podría ayudarte a centrarte es limitar el tipo de notificaciones que recibes.
Ten un espacio sólo para teletrabajar
Destinar un único espacio de la casa al trabajo puede ser de mucha ayuda para centrarte sólo en lo que tienes que hacer.
De lo contrario, podrías ser menos eficiente o no disfrutar del ocio como deberías.
Ponte un horario de trabajo y respétalo a rajatabla
Es muy importante que crees una rutina de horarios en torno a tu actividad: la hora de despertarte cada día, de sentarte y levantarte del ordenador e incluso de parar a comer.
De ser necesario, ponte alarmas que te recuerden que es hora de parar.
También para administrarte mejor el tiempo de cada tarea, en lo que se conoce como la técnica del Pomodoro: dividir el trabajo en bloques de tiempo —unos 25 minutos— separados por un breve descanso —unos 5 minutos—, por ejemplo.
Realiza las tareas que requieran más concentración de 2 a 4 horas después de despertarte
La técnica anteriormente mencionada podría ayudarte a abordar también los cometidos más arduos de tu día a día, que deberían ser los primeros en los que vuelques toda tu energía.
Si una de tus tareas te tomará horas completarla, podría ser de gran ayuda desglosarla en otras faenas y ponerles un determinado tiempo.
Prioriza y aprende a decir 'no'
Para poder limitar la mayoría de las tareas mencionadas hasta ahora —incluso los imprevistos— es crucial que sepas distinguir cuándo puedes hacerlo y cuándo no.
Tienes que priorizar los encargos según tus objetivos y rechazar o delegar otras funciones para poder dedicarles tiempo de calidad a las más importantes —y a ti mismo—.
Recompénsate por los trabajos más complicados
Ponerte recompensas por cumplir con tus objetivos más ambiciosos te ayudará también a darle al ocio el lugar que se merece.
En el teletrabajo se olvida muchas veces que sacar tiempo consciente para no hacer nada productivo es también muy importante. De ahí la relevancia de tener un espacio y un horario sólo para trabajar.
Socializa con tus compañeros de trabajo más allá de las reuniones
En ocasiones, trabajar desde casa puede hacerte sentir muy solo y muy lejos de tus compañeros —que sentirán lo mismo que tú—. Aunque no estéis en los mismos equipos o tengáis los mismos objetivos siempre ayuda comentar las labores con personas que se encuentran en la misma situación.
Más allá del trabajo, respetando las medidas pertinentes, siempre hay motivos para organizar unas cañas extraoficiales que rompan con esa distancia impuesta por el teletrabajo.
Ponte música o sonidos de ambiente para aislarte y centrarte en tus tareas
No hay pruebas pero tampoco dudas de que las playlist de música para concentrarse han triunfado este último año dominado por el teletrabajo.
Otros de los recursos que más fama han cobrado son los vídeos de estudia conmigo o los sonidos de ambiente. Te hacen sentir acompañado o te aíslan para centrarte mejor en las cosas que tienes que hacer si convives con otras personas.
No hace falta que te vistas de traje, pero quítate el pijama
No tienes que lucir en casa tu mejor vestimenta, menos si ni siquiera tienes una reunión ese mismo día. Pero no dejes que el pijama se apodere de ti.
Cambiarte de ropa, peinarte o ponerte unos nuevos pendientes puede ayudarte a cambiar el chip y despegarte definitivamente de las sábanas.
Tómate ese café que compartirías con los compañeros en la oficina
Los descansos también son una parte fundamental de una rutina de trabajo. Nadie puede ser productivo 8 horas seguidas sin parar.
Dedica unos 15 minutos a tomarte ese café que compartirías con tus compañeros en la oficina. Si estás solo en casa, también podrías proponer una videollamada exprés para compartirlo con el resto.
Actualidad Laboral / Con información de Business Insider