“No soy un billete de 100 para caerle bien a todo el mundo en el trabajo”. Eso es lo que algunas personas dicen para justificar el porqué, de sus pobres relaciones interpersonales con compañeros de trabajo. Sin embargo, si le caemos mal a muchos compañeros de trabajo, algo no está bien. Muchas veces nuestros comportamientos y actitudes hacen que la gente se aleje.
A continuación se presentan siete acciones que te ayudarán a relacionarte mejor con otros. También, son acciones que el supervisor puede practicar con su equipo, y aportar a un ambiente de trabajo saludable.
1- Da los buenos días con una sonrisa cuando llegues al trabajo: Te sorprenderás del impacto positivo que tendrá en las relaciones interpersonales si todas las mañanas, al entrar al trabajo, miras a tus compañeros y con una sonrisa genuina les deseas un buen día.
2- Sé agradecido: Hay muchas razones importantes por las cuales debes dar gracias. Cuando algún compañero del equipo te hace un favor o te ayuda, es bueno dejarle saber que su acción es valorada y reconocida. Dar las “gracias” es una señal de respeto y una forma de demostrar que se aprecian sus acciones. De seguro que, esa simple palabra hará que otros se sientan bien al ayudarte y quieran hacerlo igual la próxima vez. Esta acción aplica también a todo supervisor. Dar las gracias al equipo de trabajo por su aportación hace que se sientan valorados y, créeme, que habrá mayor contribución la próxima vez.
3- Evita el chisme: Si no quieres que otros hablen de ti a tus espaldas, no hables de ellos. Esto incluye prestar oídos para escuchar lo que otros dicen acerca de sus compañeros de trabajo. Tan chismoso es el que habla como el que escucha. La próxima vez que alguien se te acerque con un chisme, detenlo inmediatamente y dile que respetas y valoras a tus compañeros de trabajo y, por lo tanto, le agradeces que no comparta esa información contigo. Un supervisor debe ser un buen ejemplo, por lo tanto, no hagas lo que no quieres que los empleados hagan.
4- Dirígete a tus compañeros de trabajo por su nombre y no por apodos ofensivos, aun cuando otros lo hagan: Es una falta de respeto llamar a otros con apodos ofensivos, aun cuando la persona lo “acepte”. Siempre usa el nombre oficial de la persona. Aunque hoy la persona lo acepta, mañana puede que lo considere ofensivo.
5- Permite que la otra persona termine antes de que comiences a hablar: Al interrumpir, haces que la persona pierda el hilo de la conversación, y envías un mensaje de que no te interesa lo que está diciendo.
6- Pídele la opinión a los demás: Una opinión es el punto de vista de la persona. A veces, la “realidad” se puede interpretar dependiendo del ángulo en que estemos mirando. Por lo tanto, pedir la opinión a los demás te provee dos beneficios. Primero, te brinda la oportunidad de “ver” las cosas desde otra perspectiva que tal vez no habías considerado; y, segundo, a los demás les agrada que le pidan opiniones. No olvides dar las gracias por la opinión. Recuerda, no tienes por qué verbalizar si no estás de acuerdo, es solo un punto de vista.
7- Elogia a tus compañeros: Da crédito a quien se lo merece. Eso es algo que los demás valoran y te acercará más a ellos. Si alguien te da crédito por algo que no te corresponde o que también pertenece a otro, corrígelo. El equipo de trabajo valorará tu sinceridad y pensará bien de ti. Como supervisor, recuerda elogiar en público y “llamar la atención” en privado.
Es cierto que “no somos un billete de 100”, pero también es cierto que cuando le caemos mal a la mayoría de las personas en el trabajo, eso no nos hace sentir bien. Nos sentimos mejor cuando nuestro equipo de trabajo nos aprecia y valora. En vez de echarle a ellos y al mundo la culpa por rechazarnos, vamos a poner en práctica estas acciones y veremos cambios positivos. La calidad del ambiente de trabajo es el resultado de los comportamientos de todos, empleados y supervisores. Cada uno de los integrantes del equipo es importante para lograr un ambiente de trabajo saludable.
Actualidad Laboral / Con información de El Nuevo Día