22-09-2017
Decenas de miles de opositores a la reforma del código laboral del presidente francés Emmanuel Macron volvieron a salir a las calles para exigir el retiro del proyecto, que consideran una regresión de los derechos de los trabajadores.

"Macron, marioneta de los patrones", se podía leer en una pancarta enarbolada por una de las miles de personas que comenzaron a desfilar al mediodía local en la capital francesa y en las principales ciudades del país, en medio de una nube de banderas sindicales y globos multicolores, destacó AFP.

Las manifestaciones reunieron el jueves 132.000 personas en toda Francia, según el ministerio del Interior, frente a 223.000 en la primera gran jornada del 12 de septiembre.

El sindicato Confederación General del Trabajo (CGT), que calculó en 500.000 los manifestantes en Francia el 12 de septiembre, reconoció que el número de manifestantes fue "un poco inferior", sin dar cifra.

"Estamos decididos, estas ordenanzas no deben pasar. Es un verdadero drama para los jóvenes del país", declaró este jueves Philippe Martinez, líder del sindicato CGT.

Tras la acción de los sindicatos llegará el turno de la acción política, con otra manifestación convocada el sábado por la izquierda radical.

El movimiento Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon juró que aniquilará esta reforma, que considera como un "golpe de Estado social".

Pero pese a una abrupta caída en los sondeos, Macron no tiene intención de ceder sobre esta reforma, que fue una de sus principales promesas de campaña.

"Creo en la democracia pero la democracia no es la calle", zanjó el jefe de Estado el martes en una entrevista con la cadena CNN Internacional.

"Respeto a los manifestantes, pero respeto también a los electores franceses que votaron por el cambio", agregó el centrista, cuyo partido obtuvo una holgada mayoría en la Asamblea Nacional, en junio.

Más manifestaciones a la vista

La reforma laboral impulsada por Macron incluye medidas para limitar el máximo de compensaciones para los trabajadores en caso de conflicto laboral, o la posibilidad de llegar a acuerdos laborales en las empresas de menos de 50 empleados sin necesidad de que haya representantes sindicales.

El objetivo del gobierno es dar más flexibilidad a las empresas y alentarlas a contratar más para luchar contra el desempleo, que afecta al 9,5% de la población activa en Francia, más que la media europea de 7,8%.

La reforma laboral de Macron será presentada el viernes en consejo de ministros para una aplicación casi inmediata.

Para Philippe Braud, profesor de Ciencias Políticas, el Ejecutivo tiene la ventaja en el pulso con los sindicatos. "Hay una forma de resignación frente a reformas. Los franceses las aceptan, aunque sin entusiasmo", estimó.

Además, el frente sindical está dividido. Aunque todos los sindicatos estiman que la reforma debilitará los derechos de los trabajadores -una visión que comparten la mayoría de los franceses según los sondeos- varios desistieron a salir a las calles.

No obstante, las próximas semanas se anuncian difíciles para Macron, con varias manifestaciones previstas en contra de los recortes que ha anunciado.

El lunes, los transportistas prometen una "movilización masiva" que podría paralizar parcialmente a Francia.

El 28 de septiembre será el turno de los jubilados, quienes se manifiestan contra una subida de impuestos que los perjudica principalmente, y el 10 de octubre saldrán a las calles los funcionarios públicos para manifestar contra la supresión de puestos y la caída del poder adquisitivo.

Actualidad Laboral / Con información de El Universal