Una persona pudo haber tenido muchos trabajos en su juventud, pero una vez que se gradúa en una carrera la búsqueda laboral se activa de otra manera y se requieren otras capacidades para obtener un empleo.


Los errores de los recién graduados


Uno de los errores más comunes es no reconocer las propias habilidades. Para evitar eso es importante no pasar por alto los trabajos de la época de estudiante, experiencias que pueden ser aplicadas al nuevo mundo del graduado.


El segundo error más cometido por los nuevos actores del mundo laboral profesional es el de limitar el rango de búsquedas. La creación de redes de contactos es más valiosa que la aplicación a trabajos de manera online y persistente.


Hablar con contactos de LinkedIn, con excompañeros de la facultad o profesores de la universidad. Incluso, organizar reuniones para ampliar esas redes. En tercer lugar se encuentra el enfoque sólo en uno mismo. Hay que mostrar las fortalezas propias, pero también interesarse por el potencial empleador, consultar cómo es el trabajo y detalles acerca del día a día.


Finalmente, otro de los errores más cometidos es no mostrar el suficiente entusiasmo. Si bien tampoco es recomendable manifestar una excesiva ansiedad, la calma y una gestualidad que roce el desinterés no está recomendado.


Recomendaciones para los recién graduados


El interés puede mostrarse en la carta de presentación, pero también en cada entrevista, haciendo preguntas sobre el potencial trabajo, contando alguna historia personal y achicando distancias con mucha cordialidad.


Un último consejo: nunca hay que cerrar puertas o limitarse por asumir que una empresa no es acorde a lo que buscamos, porque en cada compañía se crean constantemente nuevos departamentos que se ajustan a los días presentes y venideros.


Actualidad Laboral / Con información de Perfil