De acuerdo a datos del Banco Mundial[1], la esperanza de vida de un niño nacido en Venezuela es de 74 años, suponiendo que las tasas de mortandad se mantengan de acuerdo a la muestra.
Por su parte, se conoció a través del Observatorio Venezolano de Violencia que el año 2013 cerró con una tasa de casi 25 mil muertes violentas, sin considerar otras causas comunes (epidemias, cáncer, y otros).
En un país con altos índices delictivos que terminan en fatalidad, donde además escasean las oportunidades de desarrollo educativo y cultural, en el que se promueve un discurso político violento, acomplejado y divisorio; podemos preguntarnos como antes hacíamos ¿qué quiero ser cuando sea grande?
Personalmente, durante mi infancia tuve siempre el aprecio y cariño de mis padres, crecí con valores, aprendí sobre lo bueno y lo malo; y siempre soñaba que cuando fuera grande sería maestra, arquitecto, diseñadora de modas… muchas cosas, excepto abogado. Pero más allá de mi intrépida imaginación, jamás pensé que podría ser todas esas cosas fuera de mi país.
Hoy en día todo ha cambiado. Los niños siguen soñando con muchas cosas pero tenemos dos realidades cada vez más marcadas.
Están los niños que han crecido en un entorno familiar sano, comunicativo y amoroso; con metas y sueños. En general ellos quieren ser profesionales (desde policías hasta astronautas) pero quieren estar fuera del país.
Por otro lado, están los niños que lamentablemente han tenido muchas carencias educativas, culturales, familiares; que pasan sus tardes entre pandillas y drogadictos… esos quieren quedarse aquí y ser los jefes de su propia banda.
En los últimos 5 años, el incremento exponencial de la fuga de talentos venezolano ha cambiado nuestro modo de ver las cosas, incluyendo a los niños, que van creciendo en un entorno donde, no importa lo que quieras ser… lo importante es correr tan rápido como puedas a otro lugar.
Cuando durante la infancia crecemos viendo a hermanos, primos y hasta nuestros padres salir del país en busca de sus sueños, de alguna manera perdemos el arraigo por Venezuela que tenemos por defecto. Por el contrario, tenemos total desapego a nuestra cultura y tradiciones, pues urge más conocer de otras culturas y “hacerlas nuestras”.
Sin darnos cuenta, nuestros hijos y nietos ya no solo dicen lo que quieren ser cuando sean grandes; sino que también sueñan donde quieren establecerse en su vida adulta.
Del otro lado de la ciudad, el apego y arraigo al barrio es cada vez más grande; es un estilo de vida lleno de adrenalina y que paradójicamente te invita a superarte cada vez más (en el peor sentido de la expresión). Esos niños, no sueñan con irse del país, probablemente jamás han tenido clases de geografía universal; esos niños solo quieren imitar a los malandrines de su cuadra y tener el poder que ostentan aquellos.
Con estas dos realidades, al cabo de 20 años o menos tendremos un resultado poco alentador si las cosas no cambian pronto: fuera del país estarán muchos jóvenes talentos ávidos de alcanzar sus metas, desprendidos totalmente de su Venezuela. Dentro del país, un sistema de bandas con poderío autoproclamado, haciendo de las suyas y “liquidándose” entre ellos.
Si hoy en día, ya es difícil manejar la falta de compromiso y valores de los trabajadores más estampida de los mejores profesionales; solo imaginen en 20 años más cuando no resten profesionales que retener.
No creo tener la respuesta a lo que debemos hacer, como profesional venezolana me inquieta mucho ver cómo colegas y compañeros de trabajo que aprecio profundamente, emprenden caminos diferentes con la intención de mejorar su calidad de vida. No los juzgo; no es sencillo pensar en tu país, antes que pensar en ti mismo y tu bienestar; como diría mi hermana “a veces hay que ser egoísta”; sin embargo, si nos vamos todos (todos los que podamos), veremos desde afuera cómo condenamos a nuestra Venezuela a ser un barrio gigante, dominado por bandas y pandillas… colectivos en nuestra jerga.
En definitiva, la esperanza de vida en Venezuela son 74 años, la pregunta es… ¿en 74 años estaremos en Venezuela para confirmar este indicador? Si me hubieran preguntado esto a mis 10 años de edad no lo habría dudado; hoy en día, hay mucho para considerar.
[1]El Banco Mundial (
http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.DYN.LE00.IN/countries/VE-XJ-XT?display=graph)
Por: Ilyana León / Abogada
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