En China se la conoce como cultura laboral 996: trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche seis días a la semana. Muy habitual en sectores como el tecnológico, esta tiránica regla imposibilita el equilibrio entre la vida laboral y la personal, causa estrés y se cree que podría estar detrás de alguna muerte. Pero aunque ha sido denunciada por trabajadores y activistas, el horario sigue contando con gran predicamento entre los líderes empresariales. Es una “bendición” para los jóvenes trabajadores, llegó a decir sobre ella Jack Ma, fundador del gigante del comercio electrónico Alibaba.


Varias firmas tecnológicas han renunciado a sus políticas de trabajo en el fin de semana


Hasta hace poco, las autoridades también habían mostrado manga ancha con la situación, quizás para no importunar a esas gallinas que tan buenos huevos de oro les daban. Pero en plena ola regulatoria, en la que cada día afloran en el país nuevas normas y ajustes en sectores como el de la tecnología, la educación o el entretenimiento; el hecho de que los empleados vivan para trabajar, y no al revés, parece haber entrado en su punto de mira.


Como resultado, el Tribunal Popular Supremo ha dicho que los horarios 996 infringen “gravemente” las leyes laborales del país. En un documento publicado junto al Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social, se detallaban diez casos judiciales en los que las empresas habían obligado a sus empleados a acogerse a ese esquema. En cada uno de ellos, el denunciante ganó su pleito a la compañía.


Un grupo de informáticos creó en el 2019 una plataforma con una lista negra de empresas


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“Los trabajadores tienen derecho a una remuneración correspondiente a su trabajo y a descanso y vacaciones con arreglo a la ley. Es obligación legal de los empleadores cumplir con las normas nacionales de jornada laboral”, apuntó el documento. La ley china prevé horarios de trabajo de 40 horas semanales. Si se sobrepasan, el empleado debe recibir una compensación, y en todo caso el número de horas extra no debe superar las 36 al mes.


Las críticas al sistema vienen de lejos. Una de las más sonadas tuvo lugar en el 2019, cuando un grupo de desarrolladores creó en Git­Hub, una plataforma para compartir códigos de programación, una página llamada 996.ICU, en referencia a que si trabajas 996 acabarás en la uci (ICU en inglés). Entre su contenido destacaban algunas recomendaciones –“márchate a casa sin complejos a las seis”–, y una lista negra con más de 150 empresas que aplicaban este régimen de trabajo.


Este año, también volvió a generar agitados debates en las redes tras la muerte de dos empleados de la firma de comercio electrónico Pinduoduo –al parecer relacionadas con el estrés y el exceso de trabajo–; o el fallecimiento de un repartidor de Ele.me (de Alibaba), que se prendió fuego como protesta por el impago de salarios atrasados. “Nosotros reventados mientras ellos se forran. ¿Dónde está la justicia?”, se quejaba con amargura un usuario de Weibo, el Twitter chino.


Sus demandas de una mayor protección laboral también llegan en un momento en el que ciertas actitudes están cambiando. En los últimos meses, ha cobrado fuerza el movimiento tang ping (literalmente, “estar tirado”), que rechaza la filosofía de vida tradicional –trabajo duro, familia, vivienda–; en favor de una vida más disoluta y relajada. Un concepto que no gusta a unas autoridades, preocupadas por su desarrollo económico y la reducción de su fuerza laboral.


Cuarenta horas semanales son las que prevé la ley china como jornada semanal, como muchos otros países


tiempo reloj


Ante esta situación, los líderes parecen haber tomado cartas en el asunto, ya sea con nuevas regulaciones o intentando acabar con la atosigante cultura 996. Algunas empresas ya han tomado nota. Compañías como el fabricante de teléfonos Vivo o ByteDance, la matriz de TikTok, anunciaron el fin de sus políticas de trabajo en el fin de semana.


Otras podrían dar a conocer cambios pronto, mientras que es posible que los empleados, se sientan más envalentonados para exigir el respeto a sus derechos o incluso llevar a sus jefes a la justicia. “Siguiendo la guía del Tribunal Supremo, los juzgados serán más propensos a apoyar la postura de los trabajadores en disputas laborales similares”, vaticinó Angela Zhang, de la Universidad de Hong Kong.








Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia