20-12-2017
A la luz de la doctrina presidencial proteccionista “compra americano, contrata americano” para reducir la inmigración legal a Estados Unidos y proteger la mano de obra nativa, el gobierno del presidente Donald Trump aspira a despojar a los cónyuges de los profesionales extranjeros con visas H-1B del permiso para trabajar legalmente en Estados Unidos.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció una revisión de la normativa de visados con el objetivo de derogar un estatuto vigente desde 2015 conocido como la “Autorización de Empleo de Ciertos Cónyuges H-4 Dependientes” de no inmigrantes titulares de la visa H-1B con demostradas destrezas laborales.

“El DHS propone eliminar de sus regulaciones a ciertos cónyuges H-4 de no inmigrantes H-1B como categoría de extranjeros elegibles para una autorización de empleo”, señaló la agencia en un aviso emitido la semana pasada, en el cual invocó la orden ejecutiva identificada con la consigna “compra americano, contrata americano”, firmada por Trump en abril para endurecer los criterios de elegibilidad y los controles en el otorgamiento de visas H1-B Trabajos especializados.

Alrededor de 130,000 cónyuges e hijos de profesionales en campos especializados con visa H-1B arribaron a Estados Unidos el año pasado a título de H-4, según el San Francisco Chronicle. Antes del 2015, todos los extranjeros poseedores de visas H-4 —en su mayoría mujeres— tenían prohibido trabajar y tampoco podían obtener un número de Seguro Social.

La autorización de empleo a cónyuges se instituyó como parte de las acciones ejecutivas del ex presidente Barack Obama sobre la inmigración. Esta regla sobre las visas H-4, explica la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), “tiene el propósito de ayudar a alcanzar los objetivos de atraer y retener a trabajadores extranjeros altamente cualificados y reducir al mínimo la interrupción en las empresas estadounidenses”.

El cambio fue bien recibido en la comunidad de residentes extranjeros no inmigrantes porque permite también al cónyuge de un profesional especializado dar uso productivo a sus propias capacidades, mitigando así el estrés económico y emocional que causa estar confinado al hogar, sin poder trabajar, en un país que no es el suyo. Entre octubre de 2015 y septiembre de 2016, unas 41,526 personas recibieron autorización de empleo amparadas por este programa.

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