El Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) fue un organismo autónomo fundado en 1959 por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, también fundador de la primera Federación Venezolana de Maestros en 1936 y cofundador del partido Acción Democrática en 1941. Su gran preocupación y labor de trabajo estaba dedicada a la educación y el INCE es la mejor prueba fehaciente de ello.

Este instituto nació fundamentalmente como una necesidad frente a la realidad social que vivía el país durante esos años. Las condiciones socioeconómicas en ese momento, pese a las grandes inversiones en infraestructura hechas por el régimen dictatorial -de las cuales aún hoy en día disfrutamos a pesar de su deterioro- , aún estaban muy lejos de ser adecuadas para una gran parte de la población, y en ello la educación era uno de los ámbitos más relegados. Para 1958 existían más de dos millones de adultos analfabetas y un volumen también muy importante de niños fuera del sistema educativo, producto, entre otras razones, de una escasa infraestructura educativa. Frente a este panorama, como era de esperarse, el personal capacitado escaseaba, los registros indican que solamente alrededor de seis mil jóvenes asistían a escuelas técnicas.

El año de fundación del INCE está marcado por el inicio de una nueva etapa para el país con el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. El proyecto original propuesto por el maestro Luis Beltrán Prieto ante el Congreso de la República de ese entonces estaba enmarcado en la idea de la educación popular. Ello se traducía en que no tenía como único objetivo el desarrollo la formación profesional, pues la propuesta se enmarcaba dentro del proceso democratizador del país. Estos movimientos de educación procuraban promover la enseñanza básica focalizando la atención hacia los sectores populares, con la finalidad de educar al pueblo y así ampliar sus derechos, puesto que a la población analfabeta no se les permitía votar. De esta manera se lograba una mayor participación y por lo tanto se sembraba para cosechar la consolidación del sistema democrático en el futuro.

A partir de entonces, el INCE trabajó en la capacitación agrícola de quienes habían egresado de las escuelas rurales. También fomentó y desarrolló el aprendizaje de trabajadores jóvenes en fábricas, y por supuesto, tuvo una labor importante en la alfabetización de la población.

Para llevar adelante este proyecto se necesitaba el concierto de varios actores: los sindicatos, los empleadores, el Estado y los educadores. Se trataba de una experiencia realmente innovadora no solamente en materia de formación técnica, también en términos de enseñanza y de inclusión educativa de la población.

Con esta institución se logró satisfacer grandes necesidades de una parte importante de la población, no solamente en materia educativa, también en términos de desarrollo social y económico del país respondiendo a las exigencias del contexto.

Genny Zúñiga/Socióloga

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