Cataluña y España se han despertado este viernes, 22 de diciembre, bañadas en la incertidumbre. Tras unas elecciones autonómicas que han revalidado, la mayoría, a favor de la independencia de la región; además de impulsar a los liberal conservadores de Ciudadanos, al liderazgo de la oposición parlamentaria. La ciudadanía española se va así de vacaciones, con demasiadas preguntas sobre el futuro y pocas respuestas que parezcan ofrecer una solución viable, al que probablemente sea el rompecabezas político más complejo del último período democrático del país.
Esta misma incertidumbre es la que hace tambalearse a los mercados, de nuevo atentos a la trama que discurre al sur de los Pirineos. Este escenario posterior a los comicios era previsible, pero no era la opción preferida por inversionistas y empresarios. Prueba de ello, es el comportamiento del principal índice bursátil español, el Ibex 35. El cual abrió la jornada con notables caídas que, no obstante, se fueron moderando con el paso de las horas.
"El desenlace de las elecciones es peor que el que esperaban los mercados”, dijeron a Reuters los expertos de la empresa de asesoría financiera Kepler Cheuvreux. "Los defensores de la independencia no han perdido apoyo y, Carles Puigdemont es el vencedor furtivo”. Irónicamente, el expresidente catalán celebra su triunfo exiliado en Bruselas, donde se encuentra desde finales de octubre, en un intento de eludir a la Justicia española.
La dimensión de la crisis catalana, que muchos (incluido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy), esperaban ver resuelta parcialmente mediante estas elecciones, preocupa además en los mercados vecinos. Las pérdidas se sintieron igualmente en otros índices bursátiles como el Dax alemán o el EuroStoxx50.
Nerviosismo entre inversores y empresarios
El mundo empresarial, a menudo, intenta evitar pronunciarse a favor de una u otra candidatura. Pero, en Barcelona no es ningún secreto que las incógnitas respecto al futuro, no son el mejor aliado de los negocios. Prueba de ello ha sido la fuga de empresas con sede en Cataluña, una de las consecuencias más tangibles de la hoja de ruta independentista, tras el referéndum (ilegal, según Madrid) del pasado 1 de octubre.
Para el analista de QC Partners Thomas Altmann, "España está de nuevo ante una prueba de fuego”. Según Altmann, un nuevo referéndum es "muy probable”. El recuerdo del anterior, durante el cual la polémica actuación policial, dejó imágenes de violencia que dieron la vuelta al mundo,; sigue fresco en la memoria de la ciudadanía. En el escenario actual, además, la polarización política se une al contexto de inseguridad: "El país sigue dividido”. No hay signo de la unidad que preconizaban tanto el Partido Popular, como Ciudadanos y el PSOE. Y esta división social no beneficia, precisamente, a la actividad económica.
"En los mercados, el resultado electoral provocará inquietud a corto plazo”, opina Ralph Solveen, experto del Commerzbank. Asimismo, como subraya Solveen, las negociaciones para dar luz a un gobierno regional, no serán fáciles. De hecho, los propios independentistas de la CUP ya se han apresurado a poner sus condiciones, respecto a una eventual República catalana para apoyar un Govern secesionista.
Todo volverá a su curso
A largo plazo, sin embargo, los analistas coinciden en esperar que el desafío independentista catalán, no ponga piedras en el camino de una recuperación económica que empieza a mostrar sus primeros, si bien limitados, brotes verdes. "La economía de España y de la eurozona crecen. Los intereses permanecerán bajos. Son estos los datos de los que estarán pendientes la mayoría de los inversores”, sostiene Christopher Peel, inversor jefe del grupo de inversor británico Tavistock.
En el mismo sentido se pronuncia Solveen, que quita peso a la urgencia que se desprende de un tema tan candente: "Cataluña saldrá poco a poco del campo visual de los inversores”. Paulatinamente, explica, el curso de la economía española volverá a estar marcado por los indicadores económicos relevantes, así como por la política del Banco Central Europeo. El independentismo importa, pero en el día a día muchos españoles y catalanes tienen problemas más grandes; como el desempleo, la precariedad laboral, la evolución de los precios o el incierto futuro de las pensiones, entre otros.
Mientras tanto, los políticos, tanto en Barcelona como en Madrid, tendrán que dedicar tiempo a fraguar alternativas sostenibles. Y, si quieren que funcionen, probablemente tendrán que ser a más largo plazo. De momento, el líder del Ejecutivo español descarta la convocatoria de elecciones generales, y se limita a ofrecer un diálogo "dentro de la ley, constructivo, abierto y realista” a quien logre formar gobierno. Queda por ver si ello implica aceptar la propuesta de Puigdemont, en caso de que este vuelva a ser investido president de la Generalitat, de "una reunión sin condiciones”. Eso sí, fuera de territorio español.
Actualidad Laboral / Con información de DW