En el año 2013 la Universidad Católica Andrés Bello emprendió un proyecto de investigación de gran envergadura con múltiples componentes titulado “La juventud venezolana protagonista de la democracia”. Uno de sus componentes apuntó al levantamiento de una encuesta a nivel nacional sobre la situación de los jóvenes venezolanos, en otras palabras, un estudio sobre la juventud que se llamó “Encuesta Nacional de Juventud UCAB-2013”. Hacía exactamente veinte años que el país no contaba con información especializada sobre este sector de la población, pues la última investigación que fue realizada por el Estado en el año 1993, ente que tiene la responsabilidad de producir y brindar información oportuna y de calidad a los ciudadanos y las instituciones para el adecuado diseño y planificación de políticas públicas. Mientras tanto y en contraste, en el resto de los países latinoamericanos se mantuvo una política clara y continua de programas de encuestas dirigidos a este sector poblacional, cada vez con mayores avances en la profundización de la investigación en diversos temas.

La Encuesta Nacional de Juventud UCAB-2013 ofrece información sobre un gran número de temas entre los cuales se encuentra, claro está, los referidos a la situación laboral de la juventud venezolana. Según esta fuente, de cada 100 jóvenes entre 15 y 29 años 52 se encontraban trabajando o buscando empleo, lo cual constituye un contingente importante de oferta de mano de obra juvenil para la producción de bienes y servicios.

Esta oferta de mano de obra juvenil es fundamentalmente masculina puesto que solamente el 38% de las jóvenes se ofrecen como oferta de mano de obra, lo que implica para la población femenina una menor propensión a vincularse con el ámbito público, y por tanto una probabilidad más alta de quedar confinadas a otros ámbitos, generalmente el del hogar, en donde no necesariamente se desarrolle su total potencial, siendo paradójicamente quienes tienen mayor capital educativo acumulado: 14 años vs. 12 años para los varones en promedio.

Existe un contingente importante de muchachos en la actividad económica con insuficiente capital educativo para satisfacer los requerimientos del mercado laboral; estamos hablando de casi un 30% de la población juvenil (de 15 a 29 años) cuyas probabilidades de insertarse en ocupaciones de baja exigencia y por lo tanto de escasa calidad son bastante altas.

Las condiciones socioeconómicas también determinan en buena medida la decisión de que los jóvenes se incorporen al mercado laboral, muchas veces de forma prematura incluso. Por ejemplo, entre los adolescentes (15 a 19 años) el nivel de actividad es 16 puntos porcentuales más elevados cuando viven en hogares en condiciones socioeconómicas adversas en comparación con los adolescentes entre los adolescentes que viven en hogares con condiciones de vida menos favorables.

La Encuesta Nacional de Juventud UCAB-2013 permite profundizar en este tipo de diagnósticos revelando condiciones de desigualdad que terminan por definir la trayectoria laboral de esta población, aspectos que se irán revelando en próximas entregas.

Genny Zúñiga/Socióloga

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