Mucha gente tiene pánico escénico a la hora de hablar en público. Algunos incluso tienen pesadillas con aparecer desnudos, con olvidarse por completo del discurso o con no saber responder a las preguntas que se les plantean.
Sin embargo, la realidad es muy distinta y no tiene por qué salir mal. Sin embargo, es cierto que para ser un buen orador hay una serie de trucos que pueden serte de gran utilidad.
Y es que, a pesar de que no cometas un sólo error, es posible que tu charla esté falta de ese “factor X” que hará que todos los asistentes se queden atónitos.
En este sentido, Bill McGowan y Alisa Bowman son unos expertos en el tema. Ambos llevan más de 20 años ayudando a CEOs, ejecutivos de éxito y ponentes de charlas TED a mejorar sus discursos.
Si quieres saber cuáles son los consejos que les dan a estas personalidades, echa un vistazo a esta lista.
Practica, practica, practica
McGowan y Bowman ponen de ejemplo el primer debate presidencial de Estados Unidos de 2012. Por lo que parece, Barack Obama decidió no ensayar los días anteriores, lo que explica por qué ese enfrentamiento verbal no salió tal y como se esperaba.
De hecho, en los siguiente mejoró y todo salió como la seda, haciendo que se convirtiera en presidente de los EEUU. La moraleja de esta historia es simple: incluso las personas acostumbradas a hablar en público pueden fallar.
Los autores advierten que, si eres un alto cargo, tus empleados o tu audiencia nunca llegarán a decirte que lo estás haciendo mal por temor a herirte. Por eso, es esencial que te prepares para la conferencia, que tengas claras tus ideas y que ensayes.
Lo mejor en estos casos es ponerte en su lugar y pensar qué es lo que te gustaría que te contaran a ti. Y después: practica, practica, practica.
Historias visuales
Seguramente habrás escuchado en muchas ocasiones que un buen discurso siempre tiene que contar con una anécdota llamativa.
Para ello es fundamental que tus oyentes puedan visualizarlas. Lo más recomendable en estos casos es hacer un storyboard, es decir, un conjunto de imágenes que ayuden a visualizar tu historia.
Si no eres capaz de dibujarla, entonces no es lo suficientemente ilustrativa y no te sirve para tu discurso.
Limita tu contenido
“Rara vez veo una presentación de un cliente de la que no pueda desechar, al menos, un 25% del contenido, explica McGowan.
Tal y como destaca el experto, la clave está en hacer una mezcla entre anécdotas e información, pero en un tiempo reducido. Es cierto que, posiblemente, hayas estado trabajando toda la noche para hacer la presentación, pero haznos caso y resume: menos es más.
Si no sabes por dónde empezar, nosotros te recomendamos que elimines las diapositivas del medio, ya que suelen ser las más extensas.
Mejor tarjetas
Antes de leer un guión o un discurso, es preferible que utilices tarjetas. “Una presentación perfecta no es una que no tenga ningún error. Para mí, una charla debe ser emotiva, real y hacer que me entusiasme”, revelan los expertos.
En este sentido, McGowan revela tres consejos:
Prepara respuestas
Seguramente, alguno de tus oyentes te preguntará sobre los temas que has expuesto. Por eso, es importante preparar respuestas a las posibles cuestiones que te hagan.
Así evitarás quedarte en blanco. Al igual que en los anteriores apartados, lo mejor es ponerte en su lugar y pensar qué es lo que querrían saber tus oyentes.
Actualidad Laboral / Con información de TicBeat