Una señora llama a Radio Caracas agradecida por la solidaridad de oyentes que le permitieron conseguir fenobarbital, medicamento indispensable para controlarle la epilepsia a su pequeño hijo. Pero, asombrada, comenta también que una caja que le consiguió un pariente en ese Walmart informal en que se ha convertido la Redoma de Petare por Bs 800 tiene marcada en su exterior un PVP de Bs 4.00, 200 veces menos.
Un grupo de vecinos comentan eufóricos que consiguieron comprar a domicilio una paca (48 rollos) de papel de baño por Bs 5.500. La misma paca la factura quien la producen Maracay, la empresa Manpa en Bs. 740, y en Makro, cuando se consigue muy de Pascuas a Ramos, esta en Bs.1.100, previa presentación de cédula y con un límite de una paca por cliente. El requisito de presentación de cedula es poca cosa, cuando para que una madre adquiera pañales le están solicitando presentar un ecosonograma y/o la partida de nacimiento del diminuto usuario o usuaria.
Un empresario productor de pollos, pidiendo proteger su identidad, explica el drama del sector: El Gobierno decidió que sus burócratas podían remplazar, sin mayor problema la experticia en logística de suministros del sector. Pensando que maíz amarillo es maíz amarillo y mientras más barato se consiga para poder añadirle una jugosa comisión, han hecho caso omiso a las especificaciones requeridas. Añádale a esto el almacenamiento en condiciones que propician la proliferación de micro toxinas y el costo de transitar las alcabalas nacionales que duplica el costo del producto, y entenderá por que los pollos parecen codornices, y su precio aumenta estratosféricamente.
Con estos botones de muestra, no debe sorprendernos que en el compendio anual de 63 economías que publica Noticias Bloomberg, Venezuela quede en la posición 63 como el peor de todos los lugares para hacer negocios. ¿Guerra económica? Si pero ¿de quién contra quién?
Curiosa esa guerra que proclama a los cuatro vientos el gobierno, cuando solo hace falta cruzar nuestras fronteras por cualquier costado y encontrar que la vida económica se desenvuelve con normalidad, los automercados están repletos y nadie presenta cédulas, y menos ecosonogramas para obtener productos de uso cotidiano. ¿No será que la guerra viene de esos ministros que semana a semana desojan la margarita sin admitir sus errores y tomar de una vez por todas las medidas que todos sabemos que deben tomar?
Aurelio F. Concheso / Ingeniero
@aconcheso